Villarrubia de Santiago pasa a ser definitivamente de la orden de Santiago en 1207 y, desde este mismo año, sus pobladores gozan de sus primeros fueros, que fueron concedidos por el maestre de dicha orden.
Los fueros locales, fueros municipales o fueros eran los estatutos jurídicos aplicables en una determinada localidad, cuya finalidad era, en general, regular la vida local, estableciendo un conjunto de norma jurídica, normas y derechos, otorgados por el rey, el señor de la tierra o el propio concejo, es decir, las leyes propias de un lugar. Fue un sistema de derecho local utilizado en la Península Ibérica a partir de la Edad Media y constituyó la fuente más importante del Derecho altomedieval español.
Los Fueros de Villarrubia, estaban calcados en los dados por Alfonso a Oreja y a Ocaña en 1156, si bien llevaban algunas modificaciones. Así como por ejemplo, el nuevo poblador no pagaría los tributos establecidos en los primeros tres años. También se señalaban los términos y reservas de la tierra sembrada. El nombramiento de alcaldes y jueces se haría por el Concejo.
Villarrubia ya existe en 1204, siendo ya encomienda y disponiendo carta puebla, posee castillo propio distinto del de Biedma, es decir aparte del de Tormón. Sobre la existencia de este castillo en Villarrubia, distinto del Tormón conviene tener en cuenta lo que se dice en las relaciones de Felipe II, cuando en el Cap. 36 se afirma claramente: "cerca de dicha villa, un cuarto de legua hacia la parte de poniente, parece que hubo en tiempo antiguo un castillo del que aparece solo el rastro de los cimientos y al presente se llama el Castillejo" Esto está confirmado por los mapas topográficos de nuestros tiempos en los que se señalan estas ruinas de las que habla en las citadas relaciones.
Aunque la familia de López Varea estuvo en la posesión de la encomienda de Villarrubia, sin embargo, su primer comendador oficial fue Don Pedro Ruiz, que lo fue hasta 1210. Desde esta fecha la lista sucesiva de comendadores es normal, si bien hay que notar que, entre los años 1342 y 1400, el cargo de la encomienda de Villarrubia y Biedma recayó sobre la misma persona.
Música:
Domenico Scarlatti, Sonatas K 10 en Re menor- K 9 en Re menor, para clavicémbalo-harpsichord.
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