Es natural que al movernos en la penumbra de la antigüedad y querer reconstruir la historia, nos hallemos con muchos vacíos difíciles de llenar. La carencia absoluta de datos y documentos nos obliga a dar un salto desde la dominación romana a la musulmana. Dejamos atrás el paso de los cartagineses y la tres veces secular dominación visigoda para adentrarnos en plena dominación árabe. En los casi ocho siglos de permanencia en nuestra península, muchas veces sus ejércitos pisaron estas tierras, y en ellas dejaron sus huellas de destrucción unas veces y de cultura otras. No sería difícil descubrir vestigios musulmanes en la Fuente Vieja, en torno a la ermita del Castellar y otros muchos lugares. Fue precisamente en el Castellar que antiguamente se llamó Tormo o Tormón (peñasco eminente y aislado), donde se formaría el primer núcleo de población, que más tarde, por evolución y traslados daría lugar a la actual Villarrubia de Santiago.
Los documentos medievales del siglo XIII, nos hablan de donaciones hechas por Alfonso VII y en ellos se mencionan los lugares de Villoria, Villafandín, Biedma y Albuer. Tanto Biedma como Villafandín están encuadrados dentro del término de Villarrubia. El poblado de Biedma más concretamente, en un principio estuvo ubicado junto al Tormón o castillo natural al que hacíamos referencia. Hoy, sin embargo, se le da el nombre de Biedma a las tierras situadas al otro lado del Tajo, enfrente del citado Tormón. El sitio era ideal para una población: cerca del río y una fértil vega, todo ello vigilado desde la atalaya del Tormón, que además era una defensa natural. La comunicación entre ambas riberas estaba asegurada y facilitada por el paso establecido ya en tiempo de los romanos.
Las viejas historias nos hablan de la existencia de un antiguo castillo de la época árabe que, como el de Oreja, río abajo, el de Albuer (la actual Villamanrique) y el de Alharilla (un poco mas arriba de Extremera), río arriba, constituían otros tantos baluartes en sus constantes alternativas de conquistas y reconquistas.
En 1173, las tierras de Biedma y de Villoria, fueron entregadas por el rey Alfonso VIII a don Lope de Varea y a su esposa Sancha Pérez de Azagra, hija de Pedro Ruiz de Azagra, señor de Albarracín, para que la repoblaran y sirviera de defensa contra la invasión árabe. Más tarde, esta encomienda de Biedma, pasaría a la orden de Santiago. Según Rades de Andrada, en el año 1204, siendo maestre de Santiago don Suero Rodríguez, "don Lope de Varea y doña Sancha, su mujer, confirmaron cierta conveniencia que la orden había hecho sobre el pleito que se movió a cerca de la posesión de Biedma y Villarrubia" (crónica de las órdenes de Santiago, folio 22, columna 3). Tal vez ésta sea la primera noticia documental de la existencia de Villarrubia. A partir de esta fecha, su nombre aparecerá con frecuencia en documentos y crónicas medievales. El mismo cronista antes citado dice que, siendo maestre don Fernán González de Marañón (elegido en el año 1206) y reinando en Castilla Alfonso IX (que es VIII) y, en León su primo Alfonso IX, el sobredicho maestre "expidió una escritura en que en la era de 1245 (año 1207) dio a poblar los términos de los castillos de Villarrubia y Monreal, cerca de Ocaña, y dio fuero a los pobladores".
Música: Medieval Music vol. 2 (1000-1450)
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