Vista del campo de concentración de Gusen (Austria) después de la liberación. 27 de junio de 1945.
Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos.
Cortesía de la Administración Nacional de Archivos y Documentos.
Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos.
Cortesía de la Administración Nacional de Archivos y Documentos.
Una larga historia de horror y muerte ha tenido por escenario este macabro lugar donde los prisioneros eran sometidos a esfuerzos sobrehumanos que muchos eran incapaces de soportar. Piedras de más de cuarenta kilos eran transportadas a la espalda de los prisioneros hasta las obras del campo.
La construcción de Gusen, a cuatro kilómetros de Mauthausen, se inició en diciembre de 1939 y los primeros reclusos llegaron en la primavera de 1940. El campo se construyó porque la población del campo de Mauthausen se estaba expandiendo rápidamente. Al igual que su modelo de Mauthausen, el campo albergaba fundamentalmente prisioneros políticos y opositores nazis. Había miles de rusos, españoles, yugoslavos, franceses y húngaros.
La idea era construir un amplio sistema de campos de trabajo cerca de las canteras de granito rentables de la región. En el invierno de 1942, en lugar de poner énfasis en destruir a los prisioneros a través del trabajo, decidieron explotarlos para la máquina de guerra nazi. Como resultado de este cambio, a partir de noviembre de 1942, se les permitió a los reclusos recibir paquetes de ayuda, que salvaron muchas vidas.
Debido a la amplia mano de obra esclava, el campo resultó muy rentable. En mayo de 1943 se construyó una fábrica, directamente en los terrenos de campo, para acelerar la producción de piedra acabada. Para fin de año, Gusen producía una parte importante del granito alemán. El campo también se amplió para incluir una fábrica subterránea para la construcción de aviones.
El 5 de mayo de 1945, un solo tanque norteamericano entró para liberarlo. En aquel momento quedaban 2.184 españoles. Los reclusos que todavía podían cantar iniciaron la "Marcha de Gusen”, compuesta por compositores polacos encarcelados. (Entre sus canciones había un himno de Gusen y una canción de marcha del campo.).
El 9 de agosto de 2019, el BOE ha publicado los datos de los 4.427 españoles que perdieron la vida en estos campos.
Según la investigación llevada a cabo por Isabelo Herreros, y que fue publicada en la Revista Añil en otoño de 2001, ya adelantaba que fueron cerca de 431 castellano manchegos los que perdieron la vida en estos campos.
Entre los 176 toledanos, se encuentraban José Zamorano Escribano, Julio Zamorano Zapata, Lucio Guijarro Sánchez y Telesforo Loma Guzmán, nacidos los cuatro en Villarrubia de Santiago y fallecidos en el campo de Gusen.
José, nacido el 27 de agosto de 1905 y asesinado el 2 de noviembre de 1941 con 36 años de edad
Julio, nacido el 19 de febrero de 1916 y asesinado el 22 de enero de 1942, con 26 años
Lucio, nacido el 3 de marzo de 1913 y asesinado el 17 de diciembre de 1941, con 28 años
Telesforo, nacido el 5 de enero de 1916 y asesinado el 14 de abril de 1942, con 26 años
Muchas veces tuvieron que pasar los cuatro bajo la gigantesca águila de bronce que presidía el campo, a la cual todos los presos tenían que saludar al entrar y salir de las instalaciones, por donde pasaron unos 200.000 deportados de los que murieron unos 120.000.
Sus largas jornadas se iniciaban de madrugada, con largas revistas, y acababa por la noche, cuando eran sometidos a nuevas formaciones, siempre bajo los imperativos de la alimentación mínima y de la máxima reducción del tiempo de sueño y de las horas de comer.
A las terribles jornadas de trabajo y a los déficits alimenticios se añadía el frío y el agotamiento de las largas revistas y de los castigos. Estas condiciones hacían que todo preso fuera candidatos a terribles enfermedades como el tifus, disentería, tuberculosis, septicemia... y a la muerte en un término medio de tres a seis meses.
Las torturas corporales eran también prácticas cotidianas: dolorosos colgamientos, castigos públicos, azotes con látigos. Estos castigos acababan a menudo con la muerte.
A las terribles jornadas de trabajo y a los déficits alimenticios se añadía el frío y el agotamiento de las largas revistas y de los castigos. Estas condiciones hacían que todo preso fuera candidatos a terribles enfermedades como el tifus, disentería, tuberculosis, septicemia... y a la muerte en un término medio de tres a seis meses.
Las torturas corporales eran también prácticas cotidianas: dolorosos colgamientos, castigos públicos, azotes con látigos. Estos castigos acababan a menudo con la muerte.
Extracto de "Mauthausen el universo del horror"
"Para la generación protagonista y para todas las generaciones siguientes queda el compromiso moral y la responsabilidad histórica de no olvidar y de realizar una tarea constante de rechazo y denuncia del exterminio nazi, que algunos incluso llegan a negar, en un mundo en que las nuevas acepciones del nazismo no han dejado nunca de ser una amenaza frente a los valores democráticos de la libertad y la solidaridad."
"Para la generación protagonista y para todas las generaciones siguientes queda el compromiso moral y la responsabilidad histórica de no olvidar y de realizar una tarea constante de rechazo y denuncia del exterminio nazi, que algunos incluso llegan a negar, en un mundo en que las nuevas acepciones del nazismo no han dejado nunca de ser una amenaza frente a los valores democráticos de la libertad y la solidaridad."
Homenaje a los españoles muertos en Mauthausen.
Durante mi búsqueda de información, encontré el suceso que resumo seguidamente. Muchos de vosotros podéis pensar sobre la menor o mayor necesidad de incluirlo en el artículo, pero personalmente me produjo grandes sensaciones. Sensaciones por un gesto que habla tanto del nivel de convicción política como de las condiciones severas que marcaron la vida en el campo de Gusen.
A pesar de la destrucción de la mayoría de los registros y del número relativamente bajo de sobrevivientes, hay información sobre la vida musical de Gusen. Si bien los españoles y los checos eran la fuerza motora detrás de la actividad cultural en Mauthausen, esta aumentó cuando en 1944, muchos miembros de la Filarmónica de Varsovia fueron deportados allí.
En la primavera de 1944, un grupo de varios cientos de prisioneros italianos de Gusen estaba trabajando en una cantera de piedras. Conscientes de la probable pena de muerte que implicaba esta tarea, de forma espontánea los hombres dejaron sus herramientas y cantaron el estribillo de la canción revolucionaria "Avanti Popolo", conocida por los trabajadores de izquierda de toda Europa. Las SS, impresionadas por este acto de resistencia, rodearon a los hombres de inmediato y comenzaron a disparar indiscriminadamente. Muchos murieron en el acto, mientras que los pocos sobrevivientes fueron distribuidos por otros campos en un intento por destruir cualquier sentido de solidaridad entre ellos. Todos terminaron siendo exterminados a través del trabajo.
Música: "Avanti Popolo"
Mi agradecimiento al Centro de Estudios de Investigación Histórica Bajo Maestrazgo (Montsía/Tarragona - CEIBM)
En la primavera de 1944, un grupo de varios cientos de prisioneros italianos de Gusen estaba trabajando en una cantera de piedras. Conscientes de la probable pena de muerte que implicaba esta tarea, de forma espontánea los hombres dejaron sus herramientas y cantaron el estribillo de la canción revolucionaria "Avanti Popolo", conocida por los trabajadores de izquierda de toda Europa. Las SS, impresionadas por este acto de resistencia, rodearon a los hombres de inmediato y comenzaron a disparar indiscriminadamente. Muchos murieron en el acto, mientras que los pocos sobrevivientes fueron distribuidos por otros campos en un intento por destruir cualquier sentido de solidaridad entre ellos. Todos terminaron siendo exterminados a través del trabajo.
Música: "Avanti Popolo"
Mi agradecimiento al Centro de Estudios de Investigación Histórica Bajo Maestrazgo (Montsía/Tarragona - CEIBM)