La parva

El texto que seguidamente añado y que dejo ubicado en el apartado "Bibliografía, textos y referencias" de este blog, fue incluido en el libro de Fiestas Patronales del año 2012. El escrito, de Faustino Pino, tenía por título "la parva" y a mi parecer, además de la originalidad y el toque de humor, se aprovecha para realzar el amplio y rico vocabulario nativo. Aprovecho a completar este artículo, insertando diferentes imágenes pertenecientes a la historia del pueblo.


"Las eras de pan trillar se allanan con el cantón. Eso es casi prehistoria agrícola. Casi de cuando a Cipriano Rey le picó el alacrán en un testículo. En las eras empedradas el cantón no se usa. Claro que ahora ya no hay cantores y al alacrán le dicen escorpión, que es más fino pero de idénticas y aviesas intenciones. A Cipriano Rey el cojón envenenado se le puso amento como una cebolla. ¡Qué hermosura!

El cantón es una pieza cilíndrica de cuarzo pulimentado que rueda sobre los surcos de la lluvia y sobre los terrones de arcilla, alisando el piso, aplanando el grumo y dejando el suelo listo para trillar. La maquinaria agrícola condujo el cantón al paro. 

A Cipriano Rey le picó el alacrán por casualidad, mientras hacía de vientre detrás de un cantón. ¡Cómo pasan los años! Uno, dos, tres y así, sin parar. Se acaba uno y empieza otro. 

El primo de Cipriano Rey, Calixto Rey, por entonces se cayó en una huercen y fue derechito al río. Por las huércenes respiran las sales de los mares muertos. 


En los chozos se apilan los aceros de la trilla: bieldos, raidores, horquillos, medias, ataderos de esparto y pedernales de arista fina y cortante. 

Cuando Eliseo Rey se ahogó en un remanso del río aún había chozos en las eras. Eliseo Rey no era pariente ni lejano de Cipriano ni de Calixto. La coincidencia de apellidos es cosa de las revuel­as ramas genealógicas.

La pinche y el zurrón vuelan sobre las eras con diferentes armonías y recelos. Cipriano Rey, antes de la venenosa picadura, contemplaba desde su encuclillado apostamiento, los brincos y rebrincos de la pinche.

Los años son como hogazas de pan que se come la memoria. Una, dos, tres y así; una tras otra, hasta que se vacía la canasta.

Al primo de Cipriano Rey, Calixto Rey, le dijeron que las huérce­nes llegaban hasta el centro de la Tierra y él, por curiosidad se metió en una y fue a parar al río. Lo malo de las inexactitudes geofísicas es que se puede acabar con un catarro de órdago. Con la ciencia hay que andarse bien sujeto y con atención.

1941

El zurrón es un coleóptero gordo y veraniego, pacífico y zumbón; le gustan las mieses y se deja cazar con facilidad. El haz de mies también se desparrama con paradójica facilidad; basta con apretar el nudo del atadero. Los zurrones, puestos sobre la palma de la mano, levantan cosquillas con sus patitas. A los zurrones se les encarcela en un bote de hojalata y luego se sueltan en los zaguanes y dan vueltas y vueltas alrededor de la bombilla. También se les puede poner en el escote de las muchachas, pero esto es más peligroso.

La hinchazón del huevo de Cipriano Rey dio para hablar tres o cuatro días. Hay sucesos que no dan más de sí, sucesos que implosionan rápidamente. Con el horquillo se remueve la parva. Las cuatro mulas que tiran de las dos trillas se llaman: Mimosa, Guapa, Mariposa y Tronera. Las cuatro giran y giran en sentido contrario a las agujas del reloj, a veces andan y otras veces trotan. Si no se les guía con mano diestra y sabía, la trilla se sale fuera de la pava y los pedernales se estropean.

A Calixto Rey lo encon­traron tiritando de miedo y de frio al abrigo de un álamo, no podía ni hablar de la tembletera, pero después, ya seco y bien empapado de orujo no paró, ¡qué manera de hablar!, alguno de los presentes pensó en volverlo a tirar a otra huercen para ver si callaba; el cabo de la guardia civil dijo que en su presencia no consentiría malos tratos y que él, la autoridad, se hacía cargo de la situación.



Con el raido se perfilan de cuando en cuando los bordes de la parva que va perdiendo espesor porque el tallo va dividiéndose en trocitos y la espiga desgra­nándose. Más o menos esto venía a ser en los años en los que Eliseo Rey se le tragó el remanso grande que aún persiste frente al maizal, delante de los álamos negros. Hay cosas que aguantan más que otras al envite del tiempo. Hay cosas, no se sabe ben por qué, a las que las horas y los días y los meses les conceden un crédito a más largo plazo. A Eliseo Rey se lo embocó el agua del rio hará que ni se sabe. 

La mula Mimosa es de pelo negro y de carácter dócil, se mueve con obediencia y prontitud a la voz y el trillador, abierto de piernas entra ambas trillas, no tiene porqué castigarla.

Cuando se emburrió el balón, otros dicen que era una pelota, esto no se recuerda bien, en la morera de la cubería, se encontraron cinco nidos de pinche con tres huevos cada uno. Eliseo Rey ya era difunto y no lo pudo ver, Calixto Rey tampoco, Calixto Rey se excusó de subir al árbol por aquello del lairón, "si te pica el lairón prepara la espuerta y el azadón", también pudo ser por el recuerdo del par de hostias que le dio el cabo de la guardia civil para atajar la verborrea y las malas inclinaciones de los allí congregados. 

La memoria es el salvoconducto de la humanidad, la más afortunada medicina del género humano, la servil y maternal brújula de la desorientada especie bípeda.

Se vuelve la parva como si se la peinara, así se descubre la espiga entera que libró del pedernal.

Un día de limpia 1941 

La mula Guapa es la más joven y tiene la pelambre oscura, menos azabachada que la Mimosa. La mula Guapa lleva la cabeza muy erguida y los ojos de aguamiel muy abiertos.

Cuando Cipriano Rey se repuso de la hinchazón testicular, hubo de pasar por el cuartelillo a pagar la multa. La ley es la ley, y no se puede cagar en una era, ¡quite usté, por Dios! ¡qué falta de pudor y de higiene!, luego no hay quien se siente a disfrutar del calorcito de la tarde con ese olor y esas moscas verdes y brillantes que vuelan de la mierda, a las manos y a los labios, ¡qué asco!

A la mula Mariposa la tie­ne que sujetar la cola, se la trenzan y fijan con correas al lomo. La mula Mariposa es nerviosilla y se pasa dando y dando con la cola; cuando se alivia, los carcajones le brotan como el picadillo de las albóndigas, y cuando mea se le esponja la roseta como un molusco de goma.

Los zurrones son animales crepusculares, durante el día no se les ve, vienen a la caída de la tarde; se les caza con facilidad porque no oponen resistencia y se les mete en un bote; se pueden llenar, en un ratito, diez o doce botes, Si se tapa el bote y se lleva al oído suenan como gárgaras, a metal rugiente. 

Medidores de grano 1900

Calixto Rey mientras caía resbalando por la chimenea de la huercen pensaba que a lo mejor salía en una isla tropical, llena de palmeras y mujeres desnudas; luego, a medida que se oscurecía el tubo pen­saba que tal vez pararía en el infierno y se asustó.

La parva se recoge y se amontona; se ventea y se separa el grano de la paja; el grano se acostala o se enfanega y la paja se acomoda en el paja. Debió de ser hace muchos años. 

La mula Tronera es falsa y da coces sin venir a cuento. La mula Tronera salta espantando a las pinches y a los zurrones. La mula Tronera es de color canela y de muy malos instintos. Posiblemente fue la mula Tronera que la aplastó el escorpión que hinchó el huevo de Cipriano Rey ¡Ay! ¡Cómo pasan y pasan los años...!"

Cuadrilla de medidores de grano y vino 1926



Música: "Labrador"- Manolo Escobar

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