Arca de Caudales



La mayoría de vosotros recordaréis el artículo redactado por Palmira e incluido en el libro de fiestas patronales del pasado año 2018. Un bonito e interesante artículo que, encorsetado sin duda por las limitaciones del propio libro de fiestas, he creído interesante intentar ampliar la información.

Pero antes de continuar, quiero nombrar y agradecer la ayuda e información prestada por:

Carmen Marcos Alonso - Subdirectora del Museo Arqueológico Nacional
Fernando Luis Fontes Blanco - Director del Museo de Santa Cruz - Servicio de archivos, museos y exposiciones
Pilar Fernández Vinuesa - Historiadora del Arte y especialista en Didáctica de Museos.
Alfonso Caballero Klink - Exjefe de Servicio de Patrimonio, Museos y Arqueología de Castilla-La Mancha y exdirector-conservador del museo de Santa Cruz.

¡Gracias a todos por vuestra colaboración!


"mandamos que en cada lugar haya un arca de tres llaves diferentes en la parte más cómoda y segura que al ayuntamiento le pareciere, en el cual se meta todo el dinero que tuviere el pósito (1)"
                                                                                                                                  Felipe II

(1) Pósito: recomiendo ver artículo relacionado "El pósito municipal"

En un principio se denominaba “arca de tres llaves”, pero debido a ciertas disputas entre los llaveros se añadió una llave en 1598, pasándose a llamar “arca de las cuatro llaves”.

El mayor uso que tuvieron las arcas fue el económico. En los reinos cristianos se guardaban las recaudaciones de la Real Hacienda. Posteriormente también fueron usadas como Archivística para custodia de documentos y leyes.

Las dos primeras imágenes pertenecen al arca que está localizado en el ayuntamiento de la localidad.

Se trata de un arca de caudales o caja fuerte, con tapa abatible en la parte superior, barreteado con barras de hierro y claveteadas con clavos a un alma de madera.

En el frente se aprecian tres o cuatro bocallaves, aunque en un principio se puede dudar en si serán verdaderas o falsas, ya que muchas cajas fuertes simulaban cerraduras falsas en el frente.

En la tapa, en el centro del borde delantero, se vislumbra un vástago, que tal vez sirva para accionar algún mecanismo de apertura o cierre dispuesto bajo la tapa, o tal vez sea el soporte de alguna barra de seguridad exterior.

Junto con el contenido del arca siempre se introducía un libro blanco encuadernado donde se debía registrar por escrito cualquier movimiento de lo que allí se custodiaba.

Por desgracia, personalmente aún no he tenido la oportunidad de abrirlo, pero sería interesante ver el interior de esta caja fuerte, para comprobar dónde tiene o dónde ha tenido las cerraduras. En el caso de que las cerraduras estén en el frente, la explicación a tener varias radica no sólo en la seguridad de la caja sino en la costumbre de que las llaves estuvieran custodiadas cada una por personas diferentes, a fin de que su apertura se hiciera por consenso (En los ayuntamientos, solían tenerlas los representantes del gobierno municipal el corregidor, el regidor llavero, la tercera llave quedaba en manos de alguien cuyo oficio se relacionaba con el contenido del arca; por ejemplo, el escribano del concejo guardaría una llave del archivo, o el procurador general del común custodiaría una llave del arca del dinero de las tercias y alcabalas, y en ocasiones un Ciudadano de la Villa).


En el caso de que la bocallave verdadera sea el vástago de la tapa, tal vez ésta conserve por el interior el complicado mecanismo de resortes de apertura y cierre que suelen llevan este tipo de cajas fuertes.

(Imagen no perteneciente al arca de Villarrubia)

A inicios del siglo XVII, Sebastián de Cobarrubias definió la voz arca dando por hecho que tenía cerraduras, de forma que era segura e infranqueable, incluso para un ladrón.

“La caxa grande con cerradura ab arcendo, porque ab ea clausa arcentur fures; y es assí que la ocasión haze al ladrón y, como dicen: A puerta cerrada el diablo se torna, que es no hallando ocasión; assí el ladrón donde halla el arca cerrada no haze presa. La mesma significación tiene cofre, nombre hebreo del verbo [escrito en hebreo], cafar, que entre otras sinificaciones que tiene una es removere, porque aparta a los ladrones con tener guardado y cerrado en sí lo que hurtaran hallándolo a mano. Dize un proverbio: “En arca abierta el justo peca”, tanta fuerça tiene la ocasión y tanta es nuestra fragilidad”
                                                                           SEBASTIÁN DE COVARRUBIAS OROZCO

Ya a inicios del siglo XVIII recogía una acepción en plural: “se llaman las thesorerías y oficios donde se recibe y recaudan las rentas reales”. Asimismo, compendiaba la frase común “hacer arcas”, que significaba “concurrir el juez y contador con el thesorero u arquero a abrir las arcas con las llaves que cada uno tiene de ellas, y guardar el dinero que se ha cobrado o sacar el que se nescesita para hacer algunos pagos”. Actualmente la expresión hacer arcas significa en esencia lo mismo.

                                                   (Imagen no perteneciente al arca de Villarrubia)

Existe abundante bibliografía sobre este tema en las publicaciones sobre el mueble español en la Edad Moderna. Las arcas del museo de Santa Cruz están publicadas en varios catálogos de exposición, como el de Atempora.


Bibliografía:
Las arcas de tres llaves en la Edad Moderna - Leonor Zozaya Montes (Universidad Complutense de Madrid)