El toro de pólvora es una fiesta de origen española que consiste en correr un carretón o estructura realizado con un armazón o bastidor metálico, que imita la forma de un toro y sobre cuya superficie se colocan elementos pirotécnicos (1).
En Villarrubia, un cohete anuncia la salida del primero de los toros que cada noche hacen correr a niños y jóvenes. Transportado por una persona y una vez encendida la mecha, el toro de fuego persigue al público congregado en la plaza y las calles aledañas tratando de sorprender a los distraídos asustándolos con las chispas y cohetes carretilla que van soltando sus diferentes elementos que pueden producir quemaduras al contacto con ropa y piel. La finalización del espectáculo y del peligro es indicado con el disparo al cielo de un segundo cohete.
La tradición tiene sus orígenes en la época colonial como celebración religiosa, cuando al terminar la “pacificación” de la Nueva España, los cuarteles quedaron repletos de pólvora y las iglesias comenzaron a usarla como entretenimiento, en representación del demonio a la caza de los herejes con la finalidad de darles el castigo merecido.
Pero existe otra teoría de un origen más antiguo y está lejos de una connotación festiva. De hecho, hunde sus raíces en la batalla de la ciudad íbera de Elice (actual Elche). La fecha, el año 228 antes de Cristo. El motivo de la batalla, la pretendida invasión de esta localidad levantina por las tropas del general cartaginés Amílcar Barca. Según esta tesis, el jefe ibero Orisson veía que su ejército, estaba en clara inferioridad frente a los cartagineses. Y se le ocurrió multiplicar sus fuerzas para hacerle frente, colocando bolas de paja en las astas de los novillos que tiraban de sus carros. Prendió fuego a la paja y los animales fueron colocados en primera línea para que avanzaran hacia el enemigo. Los animales enfurecidos, embistieron contra el ejército cartaginés que, pese a su superioridad numérica, vio cómo las filas iberas salieron airosas de la batalla.
Las primeras menciones del toro de fuego las tendríamos en las crónicas taurinas del siglo XVII. En aquella época, se seguía utilizando un animal de verdad, al que se le cargaba el lomo de cohetes, pero finalmente se sustituyó por uno de cartón o madera, para eliminar la crueldad del acto, que es como lo conocemos ahora.
El toro de pólvora es muy utilizado en fiestas patronales o locales de numerosas localidades y provincias de España. Algunas de estas fiestas tiene su origen en el siglo XIX. Según sea la localidad se emplean carretones o armazones portados por una o varias personas.
Pocos espectáculos hay en fiestas que atraigan la atención de los niños y de los no tan niños, como es el toro de fuego.
Concretamente, en Villarrubia de Santiago, el "toro Miura con desprendimiento de banderillas de fuego", se comenzó a incluir dentro del programa del día 6 de las fiestas patronales en 1952. Exacto, hasta esos años no había toros de pólvora, ni desfiles de gigantes y cabezudos (novedad en 1951) para divertir a la población infantil. Lo que sí había era la elevación de globos al aire con formas grotescas y divertidas y también se tiraban bombas japonesas que contenían caramelos y sorpresas.
Video de José Escobar Encinas - año 2022
En Villarubia de Santiago esta tradición es una de la más esperadas y deseadas. Tienen lugar en cada una de las madrugadas de los días de fiestas (5 a 10 de septiembre), una vez finalizada la actuación musical en la plaza de la Constitución y también la noche del sábado al domingo del último fin de semana del mismo mes (domingo de LA BAJADA - Tradicional y típica romería en el Santuario de Ntra. Sra. del Castellar).
Actualmente es solo la carga soltada por el propio toro de pólvora la que forma parte de los minutos de nervios, carreras, saltos y exaltación, pero durante muchos años eran añadidas carretillas, en ocasiones muchas carretillas, que eran soltadas manualmente por los asistentes y que algún que otro año terminaban provocando serios estragos. Y no solo personales, también materiales, ya que las distintas atracciones de feria fueron instaladas durante muchos años en la misma Plaza.
Fiestas similares se celebran en otros países como en Ecuador, El Salvador, Paraguay, Perú, Guatemala o Méjico entre otros, asociado a la celebración de fiestas locales, conocidas como: vaca loca, toro candil o torito pinto. A diferencia del toro de fuego realizado en España, en algunos países de América el toro de fuego se adorna con papeles y sedas de varios colores además de llevar en los costados o en otras zonas fuegos artificiales, voladores o carrizos con pólvora.
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