Minerales de Villarrubia de Santiago en el museo Geominero de Madrid



Hace unos días visité en Madrid el Museo Geominero. Por si no lo conocéis, es una unidad del Instituto Geológico y Minero de España, Organismo Público de Investigación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.

Está alojado en un edificio declarado Bien de Interés Cultural en 1998. Construido entre 1921 y 1925. De carácter monumental, su interior es una combinación de madera, hierro forjado y cristal.

Los objetivos del Museo Geominero son conservar, investigar y difundir la riqueza y diversidad del patrimonio geológico, paleontológico y mineralógico a través de las importantes colecciones de minerales, rocas y fósiles procedentes de todas las regiones españolas y de antiguos territorios coloniales, así como de yacimientos significados del registro mundial.

A la importancia científica de estas colecciones, hay que añadir el valor histórico de las mismas, pues su origen se remonta a la creación de la Comisión del Mapa Geológico de España en 1849.


Nada más traspasar la puerta giratoria de entrada, quedé asombrado subiendo por la escalera de mármol blanco, la bonita vidriera de cristal que hay sobre ella y las columnas que sirven de apoyo a la cristalera y que dan comienzo al pasillo de entrada a la sala.

Terminado el pasillo principal, se llega a la espectacular sala central, una nave rectangular de 712 metros cuadrados de superficie y 19 metros de altura cubierta por un falso techo de cristal que permite el paso casi en su totalidad de la luz solar.


Esta cúpula es una de las más extraordinarias que se pueden ver en Madrid, tanto por sus dimensiones como por su belleza.

Las tres galerías que se asoman perimetralmente sobre la planta baja acogen, junto a esta última, las doscientas cincuenta vitrinas y expositores de madera del Museo.


En cuanto a los números de la colección:
  • unos cinco mil muestras de minerales expuestos. 
  • mil muestras de rocas, casi todas en los fondos del Museo 
  • y unas diez mil muestras de fósiles expuestos.
Pero lo más bonito de toda mi visita, fue ver y admirar las muestras de minerales cuya procedencia es nuestra Villarrubia de Santiago.


En la colección Minerales de las Comunidades y Ciudades Autónomas, localizada en la 2ª planta, podemos encontrar, en la vitrina 122, muestras de HALITA, THENARDITA Y YESO, de nuestros yacimientos.


"La explotación de evaporitas de Villarrubia de Santiago es sobradamente conocida por la presencia de sulfatos de sodio (thenardita y glauberita). Sin embargo, también merecen especial atención algunos cristales de halita que fueron recogidos en el yacimiento, que muestran estéticos zonados internos en tonos azules."


"La thenardita es el sulfato sódico más ampliamente difundido en los depósitos evaporíticos de la cuenca del Tajo. En ocasiones presenta la particularidad de adquirir tonalidades azuladas como en el ejemplar que se muestra, recogido en el clásico yacimiento de Villarrubia de Santiago."


Os parecerá una tontería, pero uno personalmente siente orgullo de poder encontrar pedacitos o muestras de su tierra en un museo de características tan globales.
No quiero finalizar este artículo sin, claro está, recomendar que os paséis cualquier día a visitarlo y admirar este atractivo espacio público.








Link Página Web Museo Geominero
Link Colección Minerales Castilla la Mancha - Museo Geominero




Música: CD Omnia de Anima Quarz - Cuencos de cuarzo y minerales

Presentación del Libro "Villarrubia de Santiago - Historia y Futuro"



Nota de prensa:  "Villarrubia de Santiago sí tiene quién le escriba"

"El próximo 21 de diciembre de 2018 se presenta el libro Villarrubia de Santiago. Historia y Futuro. La cita será en la Casa de Cultura de la localidad toledana que celebrará por todo lo alto, en el marco de la III Gala Navideña, su valioso pasado y su prominente y prometedor futuro a través de las páginas de una obra de investigación, escrita por Gonzalo Monzón Rodríguez y J. Nicolás Ferrando.

Gonzalo Monzón Rodríguez es villarrubiero de nacimiento y gestiona varios blogs sobre Villarrubia de Santiago, Valdemoro y Numismática que, según reconoce, son su "mayor pasión" y su "gran afición". J. Nicolás Ferrando es un asiduo visitante al municipio de la Comarca de la Mesa de Ocaña y ha publicado más de una docena de libros de historia, principalmente de temas madrileños. Declara que "Villarrubia de Santiago es un diamante en bruto que todos tenemos que descubrir y dar a conocer al mundo, está a solo 70 kilómetros de Madrid".

El libro Villarrubia de Santiago. Historia y Futuro cuenta con el patrocinio del Ayuntamiento de la localidad y de la Diputación de Toledo. El presidente de la Diputación de Toledo, Álvaro Gutierrez Prieto, que califica el trabajo de los autores como "fundamental" para conocer Villarrubia de Santiago manifiesta que "es indispensable para leer y conservar para siempre". La alcaldesa, Concepción Monzón de Gracia, afirma que "este libro deja constancia del poderoso y diverso capital humano de Villarrubia de Santiago" y la concejala de Cultura, Palmira Escribano Arenas, anima a "conservar nuestras raíces porque es lo mejor de la cultura".

La obra también cuenta con el apoyo explícito de todos los concejales de la corporación municipal. El Grupo Popular de Villarrubia de Santiago expresa que este libro "es de todos" y "agradecemos a los autores su aportación cultural al pueblo con esta singular obra".


El libro repasa los yacimientos arqueológicos, entre los que destaca las Cuevas de la Yedra. Recoge abundante documentación de importantes épocas históricas y no escapa a analizar la historia reciente del municipio. Para ello otorga voz a todos los alcaldes democráticos que expresan mediante un artículo su vinculación con la localidad. Analiza también curiosidades y los denominados "motes" que se heredan de generación en generación.

Siempre al amparo de la Virgen de la Castellar, patrona de Villarrubia de Santiago, por la que existe una devoción que sobrepasa ampliamente los sentimientos religiosos, podemos decir que, definitivamente, Villarrubia de Santiago sí tiene quién le escriba."




Fuente: diarioprogresista.es

Sociedad Judía en Villarrubia


Son de momento pocos los documentos e información que he podido encontrar con referencias a la convivencia y legado de la sociedad judía en Villarrubia de Santiago y era por lo que hasta ahora no había lanzado ningún artículo al respecto.


Como no comenzar anotando una de las teorías del origen y uso de la Cueva de la Yedra, la cual según algunos historiadores, se podría haber usado como Sinagoga subterránea, donde los Judíos pudieran realizar sus ritos sin llamar la atención, teniendo además otro ejemplo cercano en la localidad de la Guardia.


La mayor parte de la información que he recopilado, se centra en el siglo XV. El nombre de Villarrubia aparece en estos años finales de la Edad Media, en algunos documentos relacionados con los judíos. Así en el año 1449, en el arciprestazgo de Ocaña, remata el diezmo del vino el judío don Culemán Aben Adani, por 800 mrs. En el 1450 lo remata otro judío, Jaco Abenzara, por 600 mrs. En Dos Barrios, Mateo Holanda criado de otro judío llamado Sancho Cota. 
En el 1482 se da un monitorio apostólico contra los judíos Mosé Abrenamías y su hijo, por no haber satisfecho el pago correspondiente al arrendamiento del diezmo del vino de Villarrubia. En el mismo año figura otro documento apostólico contra Yudá Aban Cadaque, hijo de don Jaco, contra don Mosé Abenamías, hijo de don Abrahán, renteros del vino de la iglesia de Villarrubia.


Existen a su vez trabajos de investigación sobre deudas dejadas sin cobrar y bienes de los judíos expulsados en 1492 en algunas zonas del arzobispado de Toledo, según las cuentas de los pesquisidores reales que los recaudaron para la Cámara real en localidades de la ribera media del Jarama, Ocaña y su comarca.
En un principio, los judíos habían sido autorizados, al menos en lo que respecta a la Corona de Castilla, para “vender e trocar e canbiar sus bienes muebles e rayses e disponer dellos libremente a su voluntad”. A súplica de los judíos, los reyes, a través de uno de sus secretarios, les habían otorgado una sobrecarta para que pudieran disponer de dichos “bienes muebles e rayses e semovientes e debdas que les son devidas que fuere suyo”, y que permitía evitar, al menos, en teoría, los intentos de las autoridades concejiles y señoriales por entorpecer su venta libre. 



A partir del 2 de mayo, habrían de ser despachadas comisiones a diversas localidades para que urgieran en resolver las deudas de los judíos a fin de que se pudieran cumplir los plazos de la expulsión. Ya a finales de mes de mayo, el Consejo Real había decretado unas instrucciones para los oficiales de justicia acerca de la liquidación de las obligaciones contraídas entre cristianos, mudéjares y judíos.

En septiembre se ordenaba sobreseer la ejecución de todas las deuda debidas a judios, pues “al tiempo que los judíos salieron destos nuestros reynos tenían muchos tratos e conversaçiones con algunos nuestros súbditos naturales, así por rentas que de nos tenían arrendadas, como de pan e mrs. que avían dado a logro e de paños e sedas e brocados e otras cosas que avían vendido fiado a muy mayores presçios de cómo valían e de otros contrabtos usurarios......" 



Bloqueado el cobro de deudas e interrumpida la libre liquidación de bienes desde octubre de 1492 comenzaba una encuesta general para averiguar cuáles eran tales bienes y deudas de judíos. Rodrigo de Mercado comenzó su tarea inmediatamente, pues el 12 de noviembre de ese año ya estaba encargado como “comisario enviado al distrito del arzobispado de Toledo” de tomar posesión de los bienes de los judíos expulsados del distrito y hacer pesquisa de las personas que contra la veda han sacado del reino oro, plata y dinero, vedados, o lo tienen guardado para sacarlo, secuestrando para ello, los bienes de los judíos.

Es en la primavera de 1494 cuando los reyes ordenan recibir el importe de los bienes comunes y deudas para la “Cámara e fisco” real, utilizando el argumento de las sacas ilegales de los judíos. Para entonces, algunos bienes y deudas se habían perdido, o bien estaban en proceso de recuperación por judíos retornados.

Las cuentas registradas incluían partidas referentes a tres comarcas, ribera del cauce medio del Jarama, Ocaña y su comarca, y la campiña del Henares, además de los bienes raíces de las ciudades de Toledo y Guadalajara. 



Los judíos cuyas deudas y bienes particulares aparecen en parte detallados en las cuentas parten al destierro en 1492, lo que explicaría su confiscación por el fisco regio en compensación a lo que la Corona consideraba acciones ilegales.

En la siguiente tabla, se comprueba el alto protagonismo de Villarrubia de Santiago, tanto por número de deudas cobradas como en el importe total de estas.



Realizando un balance de la cuantía de la deuda expresada del conjunto de todas las deudas (151, además de un número indeterminado en Chinchón), con una oscilación que va de la deuda más baja de 12,5 mrs. de Bartolomé, hijo de Juan Alfonso Moreno, de Villarrubia de Santiago a Mosé Abenamías, a la más alta de 3.000 mrs. debidos por Juan Gómez Moreno y su mujer Catalina Gómez, también de Villarrubia, a Mosé Mayr. De ellas, 95 (es decir, el 62,7%) son inferiores a los 400 mrs., y 54 (35,7%) oscilan en una franja que va de los 400 a los 1.000 mrs. Sólo 2 deudas superan excepcionalmente los 1.000 mrs. En resumen, predominio de créditos pequeños y medianos.

De Mosé Mayr, residente hacia 1480 en la colación de San Pedro de Ocaña, se decía en la villa que era “ombre rico e abonado” y hay testimonios diversos de su actividad inmobiliaria. Dicho potentado poseía diversas heredades en Villatobas, que el receptor vende a Pedro Rivas, vecino de Ocaña, por 3.100 mrs. Mosé también tenía créditos en Ocaña (sólo 9 de las 20 recuperadas para el fisco), Villatobas (9 de 14), Villarrubia (15 de 26) y Campo de Criptana (5 de 7), además de otras en Dosbarrios, Yepes, Ciruelos, Villamayor y un número indeterminado de ellas en Chinchón.
Igual dispersión de los créditos se repite en los de Mosé Abenamías, vecino de Tembleque, en Ocaña, Villarrubia, Noblejas, Sta. Cruz de la Zarza, Dosbarrios, Yepes, Cabañas y El Pozuelo. 




Para cerrar este artículo, dejamos a un lado el tema económico y deudas, he creído muy interesante añadir unas notas de información de estudios realizados referentes al origen judeoconverso de san Juan de la Cruz, personaje fundamental en la mística y en la literatura, dato que permite aportar una valiosa información con reflejo en la personalidad del célebre poeta nacido en Fontiveros hacia 1541.


Ha sido el investigador sanjuanista José Carlos Gómez-Menor el primero que defendió, en su discurso de ingreso en la Real Academia toledana en el lejano 1969, el linaje judeoconverso de fray Juan de la Cruz.

Como argumento principal, el tío de san Juan de la Cruz (llamado Juan de Yepes) era médico en el pueblo toledano de Gálvez. Importante dato ya que en la primera mitad del siglo XV aún era excepcional que un médico no tuviera sangre judía. Este médico, por cierto, ejerció después la medicina en Villarrubia de SantiagoDisponiendo de forma añadida de suficientes datos que confirman la condición judeoconversa de fray Juan por la ascendencia judía de su padre.






Fuentes principales:

Judios de Toledo, 1/. 1979. - Pilar León Tello
La encuesta sobre las deudas debidas a los judíos en el arzobispado de Toledo (1493-96) -Javier Castaño - CSIC Madrid
Proyecto de investigación BHA 2002-03292, "Hacienda real, poder político y sociedad en Castilla" del Ministerio de Educación y Ciencia.
El linaje judeoconverso de San Juan de la Cruz - Santiago Sastre y Jose Carlos Gómez - ABC



Música: Música Judía Medieval

Tesoro que iluminó mi ilusión



Por si alguno de vosotros aún no lo sabéis, el último domingo de septiembre se celebra en Villarrubia de Santiago LA BAJADA, celebración-romería en honor a La Patrona, Ntra. Sra. del Castellar. Es por ello que veo oportuno e interesante abrir este artículo, basado simplemente en la transcripción de un relato, cuyo autor se desconoce.

Dice así:

"Hace muchos años, en la original Fiesta de nuestro pueblo, BAJADA de Nuestra Patrona La Virgen del Castellar, acompañé la procesión hasta la Ermita del Humilladero.

Cuando la Santa Imagen, colocada en el carruaje que la traslada a su santuario, acompañada del Sacerdote de la Parroquia. Rectores de la Hermandad y fieles devotos emprende el camino, observé la hermosa y su­blime emoción reflejada en los rostros de los numerosos congregantes: hombres, mujeres y niños que, con la mirada fija, la plegaria en los labios, con la fervorosa fuerza que hace aflorar a los ojos lágrimas de ternura amorosa, despedíamos a La Virgen rogando su bendición -digo despedi­mos porque también me cuento yo-. 


Al regreso, alcancé a una ancianita que. apoyándose en un cayado, temblorosa, con el mirar luminoso empañado en la emoción recibida, diri­giéndome a ella, la dije: Abuela, esta caminata es mucho esfuerzo para su edad: la acompañaré y haciendo cortos descansos conversaremos. ¿Le parece bien? Sus palabras fueron: ¡Hijo mío!, mucho le lo agradezco y que Dios te pague tu caridad y empezó a relatarme. Me faltan unos meses pa­ra cumplir cuatro veintes y tres años de mi vida: desde muy joven, todos los años, ando el mismo camino para recibir y despedir a La Virgen, cada vez con menos fuerzas físicas pero con más grande devoción y fe. 


La pregunté: ¿Cómo eran tas Fiestas de La Virgen en su juventud? ¿Qué recuerdos gratos y de alegría conserva de ellas?

Me respondió: En los tiempos de mi mocedad, en que aún no nos ha­bía llegado ni la electricidad ni el ferrocarril ni tan siquiera las carrete­ras, pues solo había caminos y sendas, las "funciones" como llamába­mos a las fiestas en honor a La Virgen eran sencillas y fer­vorosas. El día de "LA ENTRADA" acompañábamos a La Virgen alumbrando con velas, más o menos como en los presentes tiempos, únicamente han de­saparecido los velones de confección casera, aromatizados e incensados y también, las hogueras que se prendían a un lado y otro del camino de la Cuesta de la Virgen y que servían de luminarias de la carretera. También se perdieron los farolillos de papel, multicolores, que engataban los quicios de las puertas y ventanas de los vecinos de la calle de ta Virgen. La alegría, la esperanza, la fe, la devoción a la Virgen sigue imperecedera. 


De mis recuerdos de juventud, conservo como tesoro que iluminó mi ilusión, el año que celebrando las Fiestas me enamoré y que en un relicario llevo junto a mi corazón. Accionando, de su regazo extrajo un esca­pulario y de éste, un viejo y amarillento papel. Toma y lee, me dijo. 

Decía así:

A una moza juré amor hasta la eternidad, y por testigos tuvimos La Virgen del Castellar. 

¿Esto qué significa abuela?, pregunté.
Respondiéndome: La letra de la jota que me cantó, en un baile celebrado el día que nos enamoramos, el hombre que fue mi marido. 

Seguí leyendo. En el respaldo decía:


EL CASTELLAR.

Morada Divina de la Reina del Cielo. 
Camino que guía ante La Virgen María.
Gota de roció en el dorado Cáliz. 
Blanco como una azucena. 
Palacio de las Plegarias. 
Relicario de la Fe.

Alcázar de la Gloria de La Madre de Dios, 
ante la que un pueblo reza. 
¡Santa María! ruega por nos. 
Este es el recital que elevamos a La Virgen pidiéndola su protección. 

La devolví el papel y despacio en el caminar llegamos al pueblo y al despedirme la dije: Bienaventurada abuela. Que Dios la conceda la Gracia de ver en el Cielo con los ojos del alma a nuestra Virgen del Castellar.

Y se despidió de mi diciéndome: ¡Adiós! y que Ella premie tu bondad."







Música: Motete de Despedida a la Virgen del Castellar.

Estampas del ayer lejano en fiestas


En Fiestas - Año 1954

HUESPEDES

Qué lejos rodaba ya el último tren, y continuaba el tintineo trotón de los cascabeles. El coche de caballos iba y venía de la estación hasta no dejarla limpia de viajeros. Eran los esperados, amados, luminosos huéspedes: fa­miliares, amistades ínti­mas, entusiastas de las fiestas, que el año pasa­do, y el otro, prometieron volver. Lo harían hasta que sus fuerzas lo consin­tieran. Si no se tenía a na­die a quien esperar, se buscaba el placer del es­pectáculo de las llegadas ajenas, todos fundidos en el revoloteo de abrazos, besos, palabras con el sentido único de la ale­gría.


MUSICA

Venía la Música de Ca­pilla. Tocaban, cantaban salves, misas, motetes. Las obras de Palestrina, Pergolesi, Tomás Luis de Victoria sonaban espléndidas en sus violines, en sus voces de cálido tim­bre. La Banda de Música, siempre dignamente diri­gida, y no es un decir, sino una feliz realidad que per­manece, ocupaba los es­pacios que, por su natu­raleza, no podía llenar el conjunto sinfónico llegado de fuera. El público se sentía más próximo, como suya que era, a la Banda y a su repertorio de pasodobles, valses len­tos, chotis bailados cuer­po contra cuerpo, entre codazos y pisotones.

Banda de Música ante el ayuntamiento viejo - Año 1920

ENCIERRO

El color vivo, el drama­tismo acongojante lo po­nía el encierro en campo abierto. Envueltos en nu­bes de polvo cegador, to­ros, caballos y juventud volaban por los barbechos recién espigados sin rum­bo fijo. Se vivían momen­tos tensos, interminables, pero bajo el signo de la grandeza mitológica. El susto de los revolcones se convertía en aureola de valientes de larga dura­ción. Nada tan deseado ni tan temido como aquellas tardes jubilosas de jugar con la muerte y quedar vencedores. Con el sol hecho una furia, a las cua­tro en punto en el reloj de bolsillo de la autoridad competente.

Encierro a su entrada por la calle de J.A.Primo de Rivera - 1946

SUBASTA

La hora de la ingenui­dad sonaba en la plaza con el anuncio de la su­basta de los productos ofrendados: cómoda for­ma de cumplir promesas hechas en situaciones de poco apuro. La adjudica­ción al mejor postor la gri­taba, desgastándose, el voz pública. Fuera del co­rro, nadie se enteraba. La enormidad daba ocasión a divertidas controversias: una sandía disforme era replicada con una calaba­za superior en tamaño y forma, pero corta en peso. Se saboreaba agua de li­món helada. En las taber­nas, vino de uva pisada y vasitos colmados de anís escarchado, cristalino y dulzón.

El Casino - Año 1954




Fuente: M.  (Libro de Fiestas Patronales 1994)

Música:  Paul Anka - Put Your Head On My Shoulder (1959)

Días de escuela y juegos.



Embelesado miraba como las moscas jugueteaban entre las cabezas de sus compañeros sentados unos pupitres por delante de él. Estiró el pescuezo para ver dónde se había posado una de las moscas, cuando una voz se dirigió hacia él: ¡A ver tú!... siete por nueve. La cara de asombro fue tal que solo le dio tiempo a ver como la mano del maestro se aproximaba hasta él arreándole un pescozón en el cocote, al tiempo que repetía: ¡Menudo zoquete estás hecho!

Menos mal que ya era la hora del recreo. Todos intentaban salir de la clase en cierto orden, pero una vez fuera en el corredor acristalado, las correndías, empujones y tropezones se convertían en una batalla campal a la voz de “el último, su padre con la Ica”.

Una vez en el patio arrecíos por el frío que aún perduraba de la mañana jugaban para aprovechar bien el tiempo que pasaba volando. No faltaba alguna que otra riña entre los compañeros: Te voy a arrear una patá que te voy a emburrir a un tejao. Mientras otro contestaba: Y yo se lo voy a decir a mi primo y te va dar una patá tan grande que te va a subir a la torre. Después se enzarzaban en coscorrones y patadas en la espinilla, con sus correspondientes cardenales, que no llegaba a mayores.

Al mediodía, cuando llegó a su casa, como de costumbre su madre estaba limpiando con la rodilla el hule de la mesa. Era la señal de que ya faltaba poco para la comida. Sabía que había almortas para comer, pues antes de salir por la mañana de su casa para ir la escuela había escuchado como su madre preguntaba a las vecinas si habían oído “tocar a muerto”.

Se le estaba haciendo la boca agua en imaginar cómo se iba a embocar los chicharrones fritos pringaos en el tocino junto con los pimientos verdes que unas semanas antes había ayudado a su padre a echar en vinagre: ¡Huuunmmm cómo iban a caer por el gorguero!

Una vez terminada la comida, en el portal se escuchó una vocecilla: ¿Está la Mari Carmen? ¿Se puede salir?

Eran las amigas de su hermana pequeña que nada más comer ya estaban listas para jugar.
-Mama, ¿podemos jugar en la portá?
-Ya te tengo dicho que no, que luego os subís al tinajón y si lo rompéis ¡a ver dónde lavo! Mejor jugar en la acera y así os veo yo.

A él le gustaba ver como jugaban a las casitas. Los cuellos de botellas de cristal rotas se transformaban en jarrones, las latas usadas servían de cacharritos. ¡Cómo se entretenían en disponer y adornar cada rincón de aquellas casas imaginarias!

Se preparaba a salir cuando la voz de su padre lo frenó en seco: ¡Eh!, ¿tú dónde vas? Vamos que me tienes que ayudar a descargar el remolque.

Uno a uno fue colocando todos los tarugos de leña que su padre le iba alcanzando, formando un chimonete junto a la pared.

Una vez terminada la faena se echó a rodar el coscurro de pan con la onza de chocolate que su madre le había preparado para merendar y corriendo como alma que lleva el diablo fue a la plazuela en busca de la cuadrilla.

Antes de llegar uno de sus amigos ya le estaba voceando “si juegas te la quedas” y sin dudarlo un segundo empezó a corretear tras ellos, que intentaban esquivarlo gritando: ¡Eh toro, eh torito, a que no me pillas!, mientras con una mano simulaban un paso de capote.

Así transcurría el día a día, de una niñez que se escapaba entre las manos sin darse uno cuenta.

El olor a las estufas recién encendidas impregnaba las calles alumbradas por cuatro bombillas, mientras el humo se difuminaba entre los tejados como un paisaje de ensueño, donde la imaginación juega con la memoria en una fantasía que alguna vez fue realidad.



Por: Pilar Arenas Nieto

Música: “Voy al cole” - CantaJuego


La Carta Puebla de Villarrubia



Carta Puebla, Carta de Población o Privilegio de Población (en latín, chartae populationis) es la denominación del documento por el cual los reyes cristianos, señores laicos y eclesiásticos de la Península Ibérica otorgaban una serie de privilegios a grupos poblacionales, con el fin de obtener la repoblación de ciertas zonas de interés económico o estratégico durante la Reconquista.

Facsímil en negativo de la Carta Puebla de Villarrubia

Después de ser creada la encomienda de Biezma (aldea antecesora de Villarrubia), aparece en 1.204 el documento de Carta Puebla y por tanto la fundación de Villarrubia por el maestre de la Orden de Santiago, Don Fernándo González de Marañón, dándole el fuero de Ocaña, al que se acogieron los núcleos de población que existían en torno a la encomienda de Biezma. Tuvo desde el principio jurisdicción civil y criminal y título de villazgo, estableciéndose como encomienda al tiempo de su fundación. Además de estas dos encomiendas existía la de Villoria, que comprendía el ejido de Alboer, Villoria, Villahandín, San Bartolomé y la Dehesa del Castillo.


Superados los ochocientos años de la fundación de Villarrubia, hemos podido conocer el documento por el que se declara a esta villa con el derecho a figurar en el mapa de España y a tener juez y alcalde. Es nuestra Carta Puebla, algo así como una partida de nacimiento, de la que existe una transcripción literal y una traducción al castellano moderno.

Complicado trabajo para el meritorio y desconocido traductor, debido principalmente al deterioro sufrido por este antiquísimo y excepcional documento, difícil de conservar íntegro después de los siglos transcurridos desde la fecha en que fue escrito.

Buen escribano fue el que redactó esta Carta utilizando el cálamo, la cañita que, convenientemente cortada, sirvió en la antigüedad para dibujar letras y formar palabras sobre pergamino. La perfección de la letra de estilo gótico, de renglones sin torceduras, da a esta magnífica escritura, aparte de su valor hístórico, que es el principal, otro de carácter artístico.

Nunca hasta ahora nos fue posible disponer de este texto. Pero, cuando se intenta su lectura, se comprueba que sólo las primeras lineas de la traducción anónima son perfectamente leíbles. Dicen así:

"En el nombre de Dios y de su gracia, sea conocido por todos, tanto los presentes como los futuros, como yo, Don Fernando Gonzalo de Marañan, por la gracia de Dios, maestre de la Caballería de Santiago, con todo el capítulo de Uclés, damos y otorgamos, sacando nuestras sernas (tierras para la siembra) de Villarrubia para 25 pobladores todo lo cual para ellos y sus familias, para dar y vender a los hombres de Villarrubia que tengan vecindad, y si alguno viniere de más de 25 para ser vecinos de Villarrubia de la Calzada y allí roture y labre..."

Y terminando de esta forma:

"...reinando Alfonso de Castilla y en Toledo con su reina Doña Leonor, hecha esta Carta el tercer jueves en el mes de abril. Era MCCXLV" (año 1245 del Calendario Juliano).

El traductor, para librar de una posible y casi segura confusión en la que pudiera caer el lector no advertido, aclara: «La fecha exacta es el año 1207, al tener que descontar 38 años para hacerla coincidir con nuestro calendario.» (Calendario Gregoriano).

Monasterio de Uclés. Casa maestral de los caballeros de Santiago.

Hasta no hace mucho, desconocíamos la fecha de la fundación de Villarrubia de Santiago. Ahora disponemos de una copia de la Carta Puebla fundacional, documento importantísimo que nos permite saber que Villarrubia ya existía como tal en el siglo XIII.

En la Carta Puebla de Villarrubia, figuran las primeras formas de ser nombrado nuestro pueblo. En el documento suceden a los "villa ruvia", los "vila ruvia". y lo más extraño: "villa ruvia de la calzada". Es evidente la confu­sión que reinó con el nombre en el momento de su fundación, incluso con la ortografía, hasta llegar a fijarse en definitivo Villarrubia de Santiago.







Fuentes principales:
Libro de Fiestas Patronales 2002
Libro "Comentarios a algunos aspectos de la historia de Villarrubia de Santiago y otros escritos" - Manuel Fernández Nieto

Música: Leonin - Viderunt Omnes 

El Depósito del Agua

Los depósitos para almacenar agua, surgieron como solución a los problemas de suministro y se utilizan en una gran diversidad de campos, no solamente para el abastecimiento y consumo de la población, sino también para el riego, ganadería, extinción de incendios, etc. incluso también como lugar donde cargaban los aguadores para luego repartirla.

En nuestro municipio, todos conocemos el depósito de agua localizado en la esquina de la Calle Fuente Nueva con Calle Depósito del Agua.
Dicho depósito fue construido en 1926. En la inscripción de la placa existente en su pared se puede leer:

(1926)
Por iniciativa de
D. MIGUEL DE LARA Y DE TOLEDO
Con la cooperación de
D. CARLOS BARRASA GUTIERREZ
D. JULIAN ESCRIBANO GRANADOS Y
D. JENARO FERNÁNDEZ VALENCIA
Se constituyó la Sociedad anónima
HIDRAULICA DE VILLARRUBIA DE SANTIAGO
que hizo estas obras con los planos y
DIRECCIÓN DE
D. DEODORO VALLE GRIJALBA


Numerosas autoridades asistieron al acto de la colocación de la primera piedra

Colocación de la primera piedra del depósito.

La construcción de esta infraestructura fue algo muy importante para el municipio en esos tiempos, convirtiéndose en un lugar de reunión y admiración tanto para niños como mayores.


Fotografía de la terminación de su construcción.

La inauguración fue igualmente un acto multitudinario, con acompañamiento de la Banda de Música, siendo el alcalde don Julián Escribano Granados. Cabe recordar que igualmente, durante la alcaldía de Julián Escribano, fueron iniciadas las obras del antiguo edificio de "Las Escuelas" (1929).

1926 - Inauguración del Depósito de Agua

En los primeros años de este siglo, debido a su mal estado de conservación, fue incluido en el plan actividades de gestión municipal, practicándose una restauración en el saneamiento de la estructura y estética.

Imagen del estado del depósito previa a la restauración.

Imagen tras la restauración

En el documento "Anales toledanos" - Volumen 39 - Página 293, se incluye la definición de "Arcones", como  "Derivado del latín ARCA, con el significado, en este caso, de «depósito de agua». En nuestra provincia es relativamente frecuente esta acepción, unas veces como pozo, otras como prado, siempre con el significado que ofrecemos. Es un aumentativo. Ubicado en el término de Villarrubia de Santiago"

2018 - Imagen del depósito

Localización google.es/maps 39°59'02.7"N+3°21'52.5"W











El pósito municipal



Origen
Un pósito es un depósito de cereal de carácter municipal, cuya función primordial consiste en realizar préstamos de cereal en condiciones módicas a los vecinos necesitados.

Se dice que el origen de los pósitos se remonta hasta el patriarca José, que gobernando Egipto mandó almacenar en todas sus provincias grandes cantidades de trigo para los siete años de esterilidad que habían de suceder a otros tantos de abundancia. Los romanos los adoptaron también y en Castilla se establecieron por convenios de los vecinos de algunos pueblos o por fundaciones particulares de personas caritativas, entre las que sobresalió el cardenal Cisneros, que fundó, junto a otros, los pósitos de Toledo. Posteriormente, se fueron generalizando en todas partes y se pusieron en cada pueblo bajo el gobierno y administración de una junta.

La generalización del sistema de pósitos en el siglo XVIII, está relacionada con el surgimiento de otras instituciones financieras que preludian las puramente capitalistas, como el Monte de Piedad de Madrid (fusionado a la Caja de Ahorros, ya en el siglo XIX) o el Banco de San Carlos. En el ámbito de la producción y el comercio de granos, debe entenderse en el contexto de los intentos de liberalización de la época de Carlos III.

Los pósitos perduraron hasta el siglo XIX en algunos lugares, pero en general fueron desapareciendo, bien por fracaso, bien por ser sustituidos por otras instituciones financiero-asistenciales, como los Montes de Piedad.

En lo relacionado con Villarrubia de Santiago:


Como se comenta el artículo "La cueva de la Yedra", aunque se descartada su uso como Bodega/Almacén (al menos la sala de las Columnas), tras la visita de varios Arqueólogos, los mismos han destacado el desconocimiento de su función, por lo que son muchas son las teorías y una de ellas es la de un depósito de grano.


Siglo XVI

Pero sí se recogen ya comentarios escritos referentes a un pósito de Villarrubia de la primera mitad del siglo XVI, en el documento "Temas Toledanos - La comarca de la mesa de Ocaña" de Instituto Provincial de Investigaciones y Estudios Toledanos.

"En el 1548, tanto a Ocaña como a Oreja se les considera como importantes poblaciones de Castilla, aunque la segunda, perdido su valor militar, esté ya en plena decadencia. En 1537 se restaura su castillo por 80 mil mrs.; se cubre el pósito que la Mesa Mestral tiene en Villarrubia de Santiago."

Año 1900 - Medidores de grano

Siglos XVIII-XIX
La información más rica en referencia a este artículo, la he encontrado en el documento "Revueltas sociales, hambre y epidemia en Toledo y su provincia - Crisis de subsistencias de 1802-1805"

Teniendo en cuenta que, en esas fechas, el pan era el alimento básico de la población, los mercados de la provincia de Toledo reflejaron en esos años críticos los precios más altos del trigo de toda España, alcanzando entre 1800 y 1813 un nivel no superado en los siglos XVIII— XIX. Todo ello coincidió con la crisis demográfica más grave soportada por nuestros antepasados después de las pestes del siglo XVI,

Tierras de Castilla, por su proximidad a Madrid, padecieron la presión directa de los compradores que abastecían a la capital de la Corona.

Desde Val de Santo Domingo, Villarrubia de Santiago, Urda, Novés, Las Herencias, Getafe, Alcolea, Torrecilla... llegan al Consejo memoriales, informes y representaciones de muchos labradores solicitando exenciones, rebajas, moratorias y esperas en el pago de las rentas e impuestos, o bien pagar con dinero y no con granos el valor de los arrendamientos.

1926 - Cuadrilla de medidores de grano y vino

A finales de 1802, la realidad del pósito de Villarrubia de Santiago, era la siguiente:
  • Fanegas de trigo repartidas y en deudas antiguas: 4.222
  • Fanegas de trigo reintegradas en la última cosecha: 2.182   
  • Cantidad de reales repartidos y en deudas antiguas: 71.143 
  • Cantidad de reales reintegrados en la última cosecha:  1.324
Las limosnas otorgadas por el Arzobispo de Toledo, a instancia de un sinfín de peticiones, fueron numerosas. Al cura párroco de Cadalso le entregó 6.000 reales para repartirlos entre los pobres labradores el 12 de noviembre de 1804. Desde numerosos municipios de Castilla, entre ellos Villarrubia de Santiago, se acudió al Cardenal Borbón en solicitud de quina y dinero, bien por los párrocos, por los ayuntamientos o por los particulares. La extensión de la epidemia y de la miseria obligó a entregar en torno a los 40.000 reales mensuales en 1801, y a 60.000 entre 1803—1804.

El 10 de junio de 1804, el cura de Escalona solicitó al Arzobispo que se le entregara cierta cantidad para acopiar 78 fanegas entre trigo y centeno, para alimentar a los pobres. El 13 de marzo de ese afio la justicia y el clero de Villarrubia de Santiago, recibieron 2.000 reales del Cardenal Borbón para que compraran granos.

Las dificultades padecidas, en Yepes, en los meses mayores de 1780, se pudieron resolver acarreando trigo de Villarrubia y otros. En el mismo período de 1789, la saca de cereal de Villafranca de los Caballeros para el abasto de Alcázar de San Juan fue una de las causas que desencadenó el motín de 3 de julio de ese año.

1941

Siglos XIX-XX
Pero lógicamente, el pósito más conocido por nuestros padres/abuelos, es el creado a finales del siglo XIX

Su fundación y existencia, como no podría ser de otra manera, se basó en la creación y establecimiento de una entidad de crédito, limitada su jurisdicción a una esfera estrictamente municipal, en favor, con carácter exclusivo, de los agricultores.


Se ubicaba el pósito municipal en el edificio destinado posteriormente a Casa Consistorial, en la parte poniente del mismo, ocupando, aproximadamente, la mitad de la actual edificación, conociéndose, por entonces, con el nombre de Casa Panera del Pósito.

En su iniciación, y hasta transcurridos bastantes años, los créditos a los agricultores eran a base de trigo, cancelándose, asimismo, en especie al efectuarse la recolección. Su finalidad consistía en facilitar a los prestatarios las simientes necesarias para sus explotaciones y, en no pocos casos, proporcionar a sus familias el más básico y fundamental elemento para su subsistencia.

En una reseña del libro de fiestas patronales de 1964, se describe:

"dispone un capital efectivo de 150.612,17 pesetas, todo él distribuido entre unos cincuenta beneficiarios, por cantidades que oscilan entre las mil y cinco mil pesetas.
Los préstamos se otorgan por el plazo de un año, con garantía prendaria o mancomunada, entre sí, de los peticionarios, al interés del 5 por 100 anual, reintegrándose el importe de los descubiertos (principal e intereses) a su vencimiento.

Su capital se va incrementando sucesivamente, a cuyo fin se destina, con carácter obligatorio, el importe del 1 por 100 del Presupuesto Municipal y el 40 por 100 de la cifra a que asciendan los intereses del capital repartido. De este último concepto, un 30 por 100 se aplica a gastos de administración y otro 30 por 100 para atenciones del contingente del Servicio Central de Pósitos.
Como órgano de gobierno funciona la Junta Administradora del Pósito, constituida por los propios miembros de la Corporación Municipal, con una Comisión Permanente, encargada de la gestión administrativa, integrada, en concepto de Claveros, por los señores Alcalde, Depositario y Secretario del Ayuntamiento, dependiendo, en este orden, de la Dirección General de Crédito, Coordinación y Capacitación Agraria del Ministerio de Agricultura."

1941



Música: Pregón del Labrador Jota Manchega Grupo Coros y Danzas de Here