Sociedad Judía en Villarrubia


Son de momento pocos los documentos e información que he podido encontrar con referencias a la convivencia y legado de la sociedad judía en Villarrubia de Santiago y era por lo que hasta ahora no había lanzado ningún artículo al respecto.


Como no comenzar anotando una de las teorías del origen y uso de la Cueva de la Yedra, la cual según algunos historiadores, se podría haber usado como Sinagoga subterránea, donde los Judíos pudieran realizar sus ritos sin llamar la atención, teniendo además otro ejemplo cercano en la localidad de la Guardia.


La mayor parte de la información que he recopilado, se centra en el siglo XV. El nombre de Villarrubia aparece en estos años finales de la Edad Media, en algunos documentos relacionados con los judíos. Así en el año 1449, en el arciprestazgo de Ocaña, remata el diezmo del vino el judío don Culemán Aben Adani, por 800 mrs. En el 1450 lo remata otro judío, Jaco Abenzara, por 600 mrs. En Dos Barrios, Mateo Holanda criado de otro judío llamado Sancho Cota. 
En el 1482 se da un monitorio apostólico contra los judíos Mosé Abrenamías y su hijo, por no haber satisfecho el pago correspondiente al arrendamiento del diezmo del vino de Villarrubia. En el mismo año figura otro documento apostólico contra Yudá Aban Cadaque, hijo de don Jaco, contra don Mosé Abenamías, hijo de don Abrahán, renteros del vino de la iglesia de Villarrubia.


Existen a su vez trabajos de investigación sobre deudas dejadas sin cobrar y bienes de los judíos expulsados en 1492 en algunas zonas del arzobispado de Toledo, según las cuentas de los pesquisidores reales que los recaudaron para la Cámara real en localidades de la ribera media del Jarama, Ocaña y su comarca.
En un principio, los judíos habían sido autorizados, al menos en lo que respecta a la Corona de Castilla, para “vender e trocar e canbiar sus bienes muebles e rayses e disponer dellos libremente a su voluntad”. A súplica de los judíos, los reyes, a través de uno de sus secretarios, les habían otorgado una sobrecarta para que pudieran disponer de dichos “bienes muebles e rayses e semovientes e debdas que les son devidas que fuere suyo”, y que permitía evitar, al menos, en teoría, los intentos de las autoridades concejiles y señoriales por entorpecer su venta libre. 



A partir del 2 de mayo, habrían de ser despachadas comisiones a diversas localidades para que urgieran en resolver las deudas de los judíos a fin de que se pudieran cumplir los plazos de la expulsión. Ya a finales de mes de mayo, el Consejo Real había decretado unas instrucciones para los oficiales de justicia acerca de la liquidación de las obligaciones contraídas entre cristianos, mudéjares y judíos.

En septiembre se ordenaba sobreseer la ejecución de todas las deuda debidas a judios, pues “al tiempo que los judíos salieron destos nuestros reynos tenían muchos tratos e conversaçiones con algunos nuestros súbditos naturales, así por rentas que de nos tenían arrendadas, como de pan e mrs. que avían dado a logro e de paños e sedas e brocados e otras cosas que avían vendido fiado a muy mayores presçios de cómo valían e de otros contrabtos usurarios......" 



Bloqueado el cobro de deudas e interrumpida la libre liquidación de bienes desde octubre de 1492 comenzaba una encuesta general para averiguar cuáles eran tales bienes y deudas de judíos. Rodrigo de Mercado comenzó su tarea inmediatamente, pues el 12 de noviembre de ese año ya estaba encargado como “comisario enviado al distrito del arzobispado de Toledo” de tomar posesión de los bienes de los judíos expulsados del distrito y hacer pesquisa de las personas que contra la veda han sacado del reino oro, plata y dinero, vedados, o lo tienen guardado para sacarlo, secuestrando para ello, los bienes de los judíos.

Es en la primavera de 1494 cuando los reyes ordenan recibir el importe de los bienes comunes y deudas para la “Cámara e fisco” real, utilizando el argumento de las sacas ilegales de los judíos. Para entonces, algunos bienes y deudas se habían perdido, o bien estaban en proceso de recuperación por judíos retornados.

Las cuentas registradas incluían partidas referentes a tres comarcas, ribera del cauce medio del Jarama, Ocaña y su comarca, y la campiña del Henares, además de los bienes raíces de las ciudades de Toledo y Guadalajara. 



Los judíos cuyas deudas y bienes particulares aparecen en parte detallados en las cuentas parten al destierro en 1492, lo que explicaría su confiscación por el fisco regio en compensación a lo que la Corona consideraba acciones ilegales.

En la siguiente tabla, se comprueba el alto protagonismo de Villarrubia de Santiago, tanto por número de deudas cobradas como en el importe total de estas.



Realizando un balance de la cuantía de la deuda expresada del conjunto de todas las deudas (151, además de un número indeterminado en Chinchón), con una oscilación que va de la deuda más baja de 12,5 mrs. de Bartolomé, hijo de Juan Alfonso Moreno, de Villarrubia de Santiago a Mosé Abenamías, a la más alta de 3.000 mrs. debidos por Juan Gómez Moreno y su mujer Catalina Gómez, también de Villarrubia, a Mosé Mayr. De ellas, 95 (es decir, el 62,7%) son inferiores a los 400 mrs., y 54 (35,7%) oscilan en una franja que va de los 400 a los 1.000 mrs. Sólo 2 deudas superan excepcionalmente los 1.000 mrs. En resumen, predominio de créditos pequeños y medianos.

De Mosé Mayr, residente hacia 1480 en la colación de San Pedro de Ocaña, se decía en la villa que era “ombre rico e abonado” y hay testimonios diversos de su actividad inmobiliaria. Dicho potentado poseía diversas heredades en Villatobas, que el receptor vende a Pedro Rivas, vecino de Ocaña, por 3.100 mrs. Mosé también tenía créditos en Ocaña (sólo 9 de las 20 recuperadas para el fisco), Villatobas (9 de 14), Villarrubia (15 de 26) y Campo de Criptana (5 de 7), además de otras en Dosbarrios, Yepes, Ciruelos, Villamayor y un número indeterminado de ellas en Chinchón.
Igual dispersión de los créditos se repite en los de Mosé Abenamías, vecino de Tembleque, en Ocaña, Villarrubia, Noblejas, Sta. Cruz de la Zarza, Dosbarrios, Yepes, Cabañas y El Pozuelo. 




Para cerrar este artículo, dejamos a un lado el tema económico y deudas, he creído muy interesante añadir unas notas de información de estudios realizados referentes al origen judeoconverso de san Juan de la Cruz, personaje fundamental en la mística y en la literatura, dato que permite aportar una valiosa información con reflejo en la personalidad del célebre poeta nacido en Fontiveros hacia 1541.


Ha sido el investigador sanjuanista José Carlos Gómez-Menor el primero que defendió, en su discurso de ingreso en la Real Academia toledana en el lejano 1969, el linaje judeoconverso de fray Juan de la Cruz.

Como argumento principal, el tío de san Juan de la Cruz (llamado Juan de Yepes) era médico en el pueblo toledano de Gálvez. Importante dato ya que en la primera mitad del siglo XV aún era excepcional que un médico no tuviera sangre judía. Este médico, por cierto, ejerció después la medicina en Villarrubia de SantiagoDisponiendo de forma añadida de suficientes datos que confirman la condición judeoconversa de fray Juan por la ascendencia judía de su padre.






Fuentes principales:

Judios de Toledo, 1/. 1979. - Pilar León Tello
La encuesta sobre las deudas debidas a los judíos en el arzobispado de Toledo (1493-96) -Javier Castaño - CSIC Madrid
Proyecto de investigación BHA 2002-03292, "Hacienda real, poder político y sociedad en Castilla" del Ministerio de Educación y Ciencia.
El linaje judeoconverso de San Juan de la Cruz - Santiago Sastre y Jose Carlos Gómez - ABC



Música: Música Judía Medieval