Aguadores, una carga de agua buena


El oficio del azacán (palabra de origen arábigo) había sido a lo largo de la historia de la ciudad castellana muy popular. Los azacanes toledanos también conocidos como aguadores, eran comerciantes que a lo largo del tiempo habían prestado sus servicios a los habitantes de Toledo. En Villarrubia también desempeñaban su labor nuestros aguadores.


Esta era la preciada mercancía que acarreaban casi a diario nuestros aguadores para llenar las tinajas de sus fíeles clientes. Cada uno tenía destinada su zona del pueblo, solía ser próxima a su casa, pues ni los aguadores, ni las caballerías que cargaban los cantaros, les quedaban fuerzas ni ganas de andar mucho más.

El servicio por supuesto, era a domicilio, incluso vaciando los cántaros directamente en las tinajas, si alguna vez sobraba algún cántaro había que andar ofreciéndole al resto de los dientes, con tal de no perder ni un real.

El precio del agua variaba según el paso de los años, pero la media estaba en un real el cántaro, la carga constaba de cuatro cántaros, o sea, era fácil de calcular: una carga una peseta.


Los aguadores solían ser personas mayores, que por su edad no podían trabajar en otra cosa o niños que lo hacían por la misma razón, también alguna viuda para sacar la casa adelante. Las cosas no funcionaban como hoy en día.

Los manantiales estaban clasificados por sus supuestas cualidades sanitarias. Por ejemplo se decía que el agua de la Fuente Vieja era medicinal, pues era muy buena para las personas enfermas del estómago, hígado y riñones, pero ojo no se podía guisar con ella, la comida no salía «en condiciones». El Pozuelo, esta agua era muy buena para los garbanzos (para cocina en general) y lavarse el pelo, pero al contrario que el anterior se creía que esta agua hacía daño a las «tripas», era demasiado «fina». También estaba la de la Ontanilla que era la más apreciada, porque esta agua sí que valía para todos los menesteres de la casa. Otro manantial era la Fuente Nueva, pero ésta era un agua que de «buena» tenía poco, por la gran cantidad de cal que contenía. Eso sí, las mujeres aprovechaban para lavar las ropas en su hermoso lavadero tendiendo luego sus prendas en las carrascas, de modo que cuando volvían al pueblo las ropas venían lavadas y secas.
Del control de estas aguas se encargaba el «tío Foro».


El tío Castellanos, dueño de la fábrica de gaseosas que había entonces en el pueblo se abastecía de este manantial para fabricar su bebida. Pero una inspección sanitaria llegada de Toledo, para analizar las aguas potables del pueblo, le aconsejaron dejar de usarla en su negocio, debido a la dureza de esta. Teniéndose que ir a Chinchón a por el preciado líquido para seguir haciendo su famosa gaseosa.

Se consideran unos de los aguadores más antiguos al «tío Nines», que aun siendo muy mayor traía agua de la Ontanilla, al «tío Casimiro Cachuelo» que a sus setenta y muchos años acarreaba agua del Pozuelo. Las mocitas de entonces, les sacaron un «cantar»: «Hay que ver la negligencia que tiene el tío Cachuelo vende agua del Pilar como si fuera del Pozuelo», tenían que salir corriendo, para no «catar» la vara con la que se ayudaba al andar, pues no le hacía ninguna gracia, el agua del Pilar es salobre, también vendía el «quitamanchas» famoso de la época: la greda.


Recordamos también a la tía Dorina que con sus dos borriquitos repartía agua del Pozuelo entre sus vecinas de la «Morra».

La tía Dionísia era una mujer viuda y con cinco hijos, de alguna manera tenía que sacar la casa adelante, la solución; cargar agua de la Ontanilla, la media eran dos o tres viajes diarios. Alguna vez coincidía con Tino, hijo de la tía Demetria «La Ratona», que también ejercían como aguadores. Tino, cuenta como un día compitieron la tía Dionisia y él para ver quién llegaba primero a este manantial, cargar el agua y llegar al pueblo lo antes posible. Tanto «arreo» Tino a sus borricos para que corrieran, que se espantaron, «zurriendo» por el suelo los cántaros y la tía Dionisia. Cara le salió a Tino la carrera, puesto tuvo que pagar daños y prejuicios.


Del Pozuelo y el Pocito los Yeseros traía agua la tía Teodora «La martinita», que además era capaz de buscar y rebuscar setas, espárragos etc., pues en esta materia no había quien la ganara. A la tía Teodora, la venía de familia el oficio de aguadora, ya que su abuelo Ángel también era antiguo en este oficio. Este hombre traía el agua de la Fuente Vieja, llenaba sus cántaros con un pucherito para no tenerlos que bajar del borrico.


De los últimos fue Guillermo «el aguador» estuvo trabajando en estos menesteres desde los nueve a los catorce años de edad. Guillermo se modernizó bastante en este negocio, preparándose un carro donde colocaba veintiún cántaros. Dos o tres viajes diarios eran la tarea ¡Ya movía litros de agua! Se sentía orgulloso por ser él que abastecía de agua a todo el centro del pueblo.

Fernando Luengo, primo de Guillermo fue empleado por este, como ayudante en la venta del agua. Aunque fue por poco tiempo, ya que Fernando terminó por quedarse con el negocio. Su hermana Mari recuerda como las mujeres iban a su casa con jarras y cacerolas a comprar el agua necesario para ese momento, ni una gota más.

Plaza de Toros - Afición y tradición local.



La actual plaza de toros fue construida por el pueblo de villarrubia y sus propias manos, levantándose sobre el terreno donde se ubicaba el antiguo cementerio.
Su inauguración oficial tuvo lugar el 11 de mayo de 1972. El cartel de aquella tarde lo formaron los diestros Gabriel de la Casa, Juan José y Juan Calero, que lidiaron un encierro de Hidalgo y Martín.
Aforo: 2.500 localidades.
Categoría: 3ª.




Pero al igual que sucedió en muchos otros lugares, inicialmente en el municipio no se disponía de un coso taurino en sí.
Nos podemos trasladar a principios del siglo XX, recordando nuestra antigua plaza de palos, entramado dado forma o montaje el cual se conseguía gracias a la colaboración ciudadana. Estos palos eran los timones utilizados en los aperos del campo. Se ataban unos a otros con rosquillas de esparto, las mismas que se usaban para atar los sarmientos, los burladeros eran las trillas, que clavadas en el suelo eran perfectas para protegerse de los toros.
En el centro de la plaza había una bonita farola, de la cual colgaban unos hermosos faroles, alimentados por petróleo, los toriles estaban en el "repeso" una habitación del ayuntamiento con salida directa a la plaza.
Años más tarde, con la plaza más modernizada, pues ya se compraba la madera necesaria para armarla en su totalidad y con una farola de energía eléctrica.



La afición local a la fiesta era tal que generó grandiosas tardes de toros en el coso, amenizadas por valientes toreros, toreros de nuestra tierra, de nuestro pueblo. Es por ello que he creído necesario incluir los siguientes recuerdos, en cariñoso homenaje, tal y como se hizo en el libro de fiestas del año 2008.

De cuantas buenas tardes se disfrutó, gracias al coraje y ganas de aquellos "toreros", por conseguir faenas inolvidables, delante de aquellos hermosos toros, aunque en algunas ocasiones, eran "mucho toro".



El primer festejo organizado, tuvo lugar allá en el año 1933, el 9 de septiembre a las 9 de la noche. El ayuntamiento regaló un toro y la noche fue amenizada por la banda de música. Se trataba de aguantar en el centro de la plaza tocando una pieza de música, el mayor tiempo posible, con el toro en el ruedo. Algunos de estos valientes fueron: el "tío Regulo", el "tío Gonifa", el "tío José el Hortelano", "el tío Requinto" y por supuesto el director de la banda Jesús Prieto dando muerte al toro.



En el mismo día, pero del año 1940, se organizó una charlotada. En el centro de la plaza pusieron una cama, el "tío Gregorio el taxista" metido en ella y con un pijama hacía de enfermo, el "tío Chato Rabirengue" con una bata blanca era el médico, junto a el "tío Pablo Hojalatero" que hacía las veces de practicante. Estos, simulaban querer curar al enfermo, mientras esquivaban al toro que ya estaba con ellos en el ruedo.
Todo esto duraba hasta que el animal volcaba la cama y ellos tenían que salir corriendo. En otras ocasiones, se metían en cubas citando al toro hasta que este los terminaba revolcando. Se trataba de arrancar una carcajada de risa al público asistente y así pasar un buen rato.


En el año 1942, el formato fue algo más "serio", una novillada.
Como espadas: Victoriano Raboso (famoso novillero de la época) y Basilio Clara "Chiquete de la Ribera" y como banderillero Alfonso Navacerrada "El Pregonero"
Después de finalizar la faena Victoriano, sale al ruedo "nuestro torero", "Chiquete de la Ribera". La cuadrilla era un poco escasa pues solo se componía del matador y del banderillero, el pobre Alfonso por andar un poco corto de vista, no acertó a poner las banderillas al toro y las clavo en el suelo, Basilio tuvo mejor suerte llegando a cortar las dos orejas, por su gran faena.
Parecían verdaderos profesionales, con sus trajes de luces (prestados por la anterior cuadrilla), Aunque Basilio no pudo ponerse las medias, pues le quedaban estrechas y además tuvo que calzarse con sus zapatos de calle.


1943, valientes mozos de Villarrubia de Santiago, Abelardo "Chispa", Mariano "Castillo" Pablo "Hojalatero" y Julián "Jaro Chiricho", que a sus 16 ó 17 años no dudaban en ponerse delante de aquellos hermosos toros para realizar una brillante faena. Económicamente la recompensa era escasa, pero la ilusión por torear era lo mis grande, aunque hubiera que hacerlo en alpargatas y con las ropas de las que cada uno disponía, desde luego lo que primaba era el buen humor y las ganas de disfrutar de una buena tarde.



1945, en aquella ocasión y como siempre en fechas de las Fiestas Patronales, los protagonistas fueron Ramón Cuartero "el Botero de la Fonda" como Novillero y Angel Prada "el Carnicero" como Sobresaliente Espada.
Cuartero fue el encargado de lidiar el primer toro de la tarde, pero duró poco tiempo en el ruedo, pues el novillo a los primeros pases le dio un buen revolcón, hasta el punto de no poder seguir con la faena. Tal y como le correspondía al "tío Angel" en su papel sobresaliente espada, tenía que rematar al animal, pero duró todavía menos en la plaza que el anterior torero. A consecuencia de las volteretas que recibió del toro, le tuvieron que llevar a su casa a la "torta la virgen". Su mujer cuando lo vio se asustó tanto, que se la retiró hasta la leche, pues estaba amamantando a su hija Ana Mari, pero todo se quedó en un susto.


1946, pero en aquella ocasión, no tuvieron demasiado éxito, la asistencia fue mínima, apenas se llegó a los treinta asistentes al festejo. En el corazón de los villarrubieros estaba latente el dolor y la angustia, debido al ambiente enrarecido, que se respiraba después de haber pasado por una guerra civil.


1947, en aquella ocasión los protagonistas fueron: Guillermo "el Barquero" Jesús "Corrales", Vicente "Vorciguil" y Felipe "Jaro el Esquilaor".
Este año el empresario era el "tío Bullones". Aquella tarde prometía. El primero en salir fue Guillermo, después el "Jaro" y por último "Corrales", según iban saliendo, el toro les iba revolcando en la arena. Viendo como "zurrían" sus compañeros por el suelo, Vicente pensó "tua pos mira" ¿quién sale ahora a la plaza? Quita, quita vámonos a nuestra casa y fuera, que digan lo que quieran". Dicho y hecho, el que pudo salió corriendo hacia su casa y el que no se refugió en la "posá". Y allí se quedó el "tío Bullones" aguantando el enfado del público.


1954, CARTELERA TAURINA
En esta sección de un importante periódico de la época aparece un comentario dedicado a José Navacerrada "El Chiri", conocido cariñosamente en Villarrubia como Pepe" el Tórtolo". En dicho comentario, se refieren a Pepe como futura figura del toreo, habiendo realizado sus entrenamientos en tierras salmantinas y de la mano de su apoderado don José Martín Rosón, empieza la temporada en Dosbarrios, triunfando junto al famoso torero Jaime Maraver.
A sus 18 años, era tanta la ilusión que tenía por triunfar que no dudó en inscribirse en asociaciones taurinas, montepío y sindicato, en todos los organismos oficiales que fueran necesarios para torear en toda regla.
En su Tarjeta de Identidad taurina se podía leer: ASPIRANTE A PROFESIONAL COMO MATADOR DE NOVILLOS.


1961, becerrada, nuevamente el 9 de septiembre a las 9 de la noche, para los espadas: Luis de Loma "el Moro" Mariano Monzón "el Sebo" y Ventura Oliveira "Venturita"
Recibe al primer toro de la noche "el Moro", de rodillas en la arena, con el valor y el estilo que le caracterizaba ¡qué faena! la gente no paraba de aplaudir, lástima que a la hora de matar......
En este caso no hubo trajes para los toreros, cada uno se apañó como pudo.
Los tres matadores fueron en esta ocasión los empresarios de la plaza pujando sesenta pesetas.



1966, organizado por Don José "el Cura", junto a los equipos de futbol "los Ráfaga", "los Fulminantes" y "los Centauro", con la colaboración de Antonio "el Marquesito".
Alejandro "Cuquis", era la cabeza visible de la operación, su nombre figuraba en toda la documentación necesaria para formalizar la subasta de la plaza.
El "Marquesito" se ofreció a ayudarles, trayendo para participar en el festival como matador a Efraín Girón, famoso torero y gran amigo suyo.
Ya terminada la corrida, fueron a obsequiarle los organizadores del festejo con una medalla de la Virgen del Castellar, en reconocimiento a su labor desinteresada. Pero cual fue la sorpresa que se llevaron, cuando Efraín dice que de medalla nada, él cobra por su trabajo veinticinco mil pesetas, todos se negaron a darle esa cantidad, ese no era el trato.
Este bendito señor nada más llegar a Madrid puso una denuncia a la empresa organizadora de los toros. Ya viendo que las cosas se ponían feas no hubo más remedio que pagarle lo que pedía, entre todos se hizo un porretaje y así se saldó la deuda.


1967, con los espadas: José Luis "El Pera", Pedro Pérez "El Terrible", Julián Guerra" el Apargate" y Rufino Navacerrada "El Torero Valiente".
Ya está en la plaza el toro que le toca en suerte al "Terrible", el público no deja de citarlo insistiendo una y otra vez, el novillo con la fuerza y bravura que caracteriza a estos animales, embiste contra los palos hasta que consigue romperlos, las personas que estaban sentadas en el palo más alto cayeron al suelo ¡la que se armó!. Cuando el toro consigue abrirse camino y escapar fue a parar al cuarto de los serenos, donde estuvo encerrado mientras duró la corrida.
Nicomedes, el alguacil, consiguió sacar del ruedo, de un tirón, a Julián, al banderillero de la cuadrilla, las piernas le temblaban de miedo, al ver a aquel "cacho bicho". Pedro realizó una faena inolvidable, cortando orejas, rabo y hasta la pata del toro.


1968, Vicente Granados Cecilio Granados, José Ignacio García y Fernando Sánchez Escribano, fueron los benjamines de la historia del toreo de nuestro pueblo, a sus 12 ó 13 años, demostraron tener el valor y el coraje propio de los toreros de Villarrubia, no dudando como miembros de la cuadrilla en tomar las riendas de la becerrada, pues el matador que era un sobrino de famoso banderillero Regino estaba tan aturdido que no pudo continuar con la faena.
El encargado de matar el toro fue Vicente Granados, dirigido desde el burladero su tío Veridiano. Como agradecimiento el Ayuntamiento les obsequió con un relojito, para ellos era el más bonito del mundo.
Esta fue la última corrida celebrada en la "plaza de palos" por toreros villarrubieros.



1974, 13 de Junio, fiesta del Corpus Christi y ya en la plaza nueva.
José Cruz Linares "El Finito", Julio Linares "El Enano" y Teófilo Calcula "El Colorín"
La idea de organizar esta corrida, nació en uno de los bailes que se celebraban en la "portá de Calcula", cuando Julio Linares se lo propone a la cuadrilla de amigos, estos se lo tomaron a broma, pero de broma nada.
Rápidamente había que ponerse a organizar el evento. Hacían falta permisos, toros, trajes, pero con los trajes surgió un problema, no había talla para Antonio "el Gordito" que era el Alguacil.
La recaudación de la corrida, anduvo entre las doscientas o trescientas mil pesetas, destinadas a las obras de reconstrucción de la valla del Castellar.


Año 1974, esta vez el 18 de Julio, becerrada organizada por los camioneros del pueblo, con los espadas: Guillermo Guerra "Pito II", Arturo Tizón "El Chapas" y Angel Castaño "El Zarrio"
Para Arturo esta fue una tarde inolvidable, además de ser su debut, tomo la alternativa de manos del maestro Guillermo Guerra "Pito II". Angel Castaño, nuevo en esta plaza y en todas, sufrió un pequeño percance haciéndose un corte con la espada cerca del ojo. Todo quedo en una anécdota para recordar.



1985, 14 de agosto con Angel Encinas "Morenilo de Valluncal", Pedro Benavente y "Chaparro" Heliodoro Saturio "el Motosierro".
Jorgito, el picador, calló al suelo al picar al toro, rápidamente sus compañeros fueron a apártale al animal, pero "Jorgito" seguía inmóvil en el suelo, ¡algo pasaba!, claro que pasaba, confundía las palas del borrico con las del toro!


1989, 10 de junio, con los espadas, Pedro Grau, Ventura Oliveira "Venturita" y Pepe Blanco "Niño de la Cárcaba"
Ventura desde muy joven ya sentía esa inquietud y esas ganas de ponerse delante de una becerra y pegarle unos pases. Llego a tener su propia ganadería, participo en Festivales Benéficos, toreó en Colmenar de Oreja junto a tres famosos matadores. En Villarrubia se despidió en la plaza de palos alternando con Vicente Punzón y Joselito de Colombia cortando dos orejas.
En la plaza nueva se vistió en varias ocasiones de campero.



1992, 1 de Agosto con Fede Medina "El Niño de la "Nina"", Javier Luengo "Cumio del Vallejuelo" y Angel Luis Monzón "El Chico de Moda".
También en esta ocasión los toreros vestían de campero, era ya un clásico ir a alquilar los trajes a Sastrería París, Madrid. El Festival fue a beneficio de las Fiestas del pueblo, la recaudación se aproximó al millón y medio de pesetas.



1993, 14 de Agosto con Luis Alfonso Oliveira "Morenito de Villarubia", Angel Luis Monzón "Chico de Moda", José Luis Rico "Frascuelo" y R.Gutiérrez Zamorano.
Ahora ya podemos hablar de un verdadero torero: En el año 1995, Luis Alfonso Oliveira ingresa en la escuela taurina de Madrid, al año siguiente quedó entre los tres primeros, en su primer certamen alternó con "el Juli" v Miguel Avellán, quedando en segundo puesto en la escuela de Madrid. Al año siguiente fue el alumno mas destacado de la escuela, toreando en la Maestranza de Sevilla, Jerez, Chinchón y en Francia, quedando triunfador. Toreó 80 novilladas, sin picar. Debuta con picadores en el 1988, en Esquivias, cortando 2 orejas, seguidamente torea en las Ventas, cortando una merecida oreja.
En el año 2000 toreó 44 tardes, cortando 64 orejas. En total torea 70 novilladas, con picadores en su corta carrera. La prensa le llamaba "el heredero del arte" del mundo taurino.


2008, 2 de Agosto, becerrada con lo matadores Angel Castaño "Zarrito", Oscar Guzmán "Chambola", Angel Enrique "El Niño del Castellar", Angel Monzón "Currinchi" y Angel Guzmán "Sagastita".
Lleno hasta la bandera, noche de flases y pañuelos blancos. Los matadores hicieron derroche de valentía y estilo propio.
"Zarrito", en todo momento orgulloso y altivo en la confección de su faena, "El niño del Castellar", deleito con unos pases dignos del mejor toreo, "Chambola" puso en pie al público con su garbo y estilo taurino, "Currinchi" hizo pasar una buena noche con su toreo serio y sereno y "Sagastita", triunfador de la noche, destacó por su valentía ante el morlaco y su destreza con el estoque.



2009, sábado 25 de Julio con Juán de Benito Algonía "Juan Miguel", Rubén Moreno "Bolillito", Fernando Blanco Monzón "Dindi", Carlos Grandos "Chocolatito" y Aitor Infantes de Gracia "el Pichi".
Siguiendo con la tradición de nuestro pueblo torero, valga la redundancia, se vuelve a organizar otra becerrada, como siempre con el único objetivo que el de hacer pasar a los villarrubieros y a los que tengan el privilegio de venir de fuera, una tarde inolvidable de brillante TOREO VILLARRUBIERO.






Música: La Puerta Grande – Elvira Checo Agüero

TVE en Villarrubia




En torno al año 1967, las antenas de Televisión Española esparcieron por todo el área nacional un reportaje alusivo a nuestro pueblo con la consiguiente expectación e interés de todos. Justo es destacar, a propósito, la entusiasta y decidida colaboración del gran presentador Alfredo Amestoy, y la no menos valiosa de nuestro paisano Julián Saturio, a quienes lo debemos.

Por lo especial, poco frecuente del caso en aquellos tiempos y para que del mismo tengamos constancia y recuerdo, a continuación lo reproduzco íntegramente.


«Estamos en tierras de Castilla, tierras de surco y trigo en las que sudan los hombres en las que los lagartos ponen sus panzas al sol en hambre de calor.

La vista se pierde en el horizonte, rabiosamente azul, que se adorna caprichosamente con los penachos blancos de media docena de nubes.

Huele a tierra seca en Villarrubia de Santiago; son más de las doce y media, aunque nada importa el dato, porque aquí, en este imperio de paz y de sosiego, el tiempo importa poco, menos que el viento y, por supuesto, mucho menos que la lluvia.

Agustín, el pregonero, descansa de la fatiga de las proclamas municipales. Los corros hacen tertulia y siguen la tradición de hablar mal de los ausentes, todo sin mala intención, para matar ese tiempo que sobra y que se amontona en las esquinas, en los pajares y en la taberna. La señora de Serafín vuelve parsimoniosamente de comprar el pan. Merejo, el sacristán, acaba de tocar a Angelus; los demás van y vienen, sin prisas, sosegadamente, como corresponde al espíritu amarillo y ocre de esta tierra áspera y entrañable, de esta tierra que da, después de mucho pedir, de esta tierra cuajada en tiempo y que parece depositaría de la ambición ataráxica griega y del alcionismo medieval.

Las gentes de Villarrubia son místicas, saben mirar al cielo y esperar; conocen el secreto de las fuentes y entienden el cantar de los pájaros. Tan lejos llevan su sabiduría mística que en la bodega, que es como una gran biblioteca de sabores, regustan el vinillo que da la tierra y lo empapan con pan y con otros aditamentos menos poéticos pero más grasos y consistentes.

Lo que de místico les queda lo invierten en su devoción a NUESTRA SEÑORA DEL CASTELLAR. Esta es su ermita; una ermita que se levanta sobre un cerro hueco, etéreo, que se deja rascar la barriga por los hombres de la mina, porque también hay mineros en Villarrubia. Una ermita vieja en la que la santera, para bien cumplir su oficio, enciende las velas de los votos y las promesas. Una ermita a la que acuden en oración desde Noblejas y Santa Cruz de la Zarza, dos lugares también hermosos a menos de un centímetro de mapa de Villarrubia de Santiago. No es sólo anécdota geográfica la ermita; su espíritu es, a la vez, causa y efecto del espíritu de estas gentes castellanas, buenas gentes que nos ayudan a redondear nuestro punto final.»



Alfredo Amestoy fue pregonero en las fiesta patronales de 1971.


Benito Pérez Galdós - Episodios Nacionales

Seguro que todos conocéis los "Episodios Naciones" de Benito Pérez Galdós, pero es posible que no tengáis constancia de la referencia del autor a  Villarrubia de Santiago.




Colección de 46 novelas históricas de Benito Pérez Galdós publicadas entre 1873 y 1912 y organizadas en cinco series.

Los volúmenes relatan la historia de España del siglo XIX desde la batalla de Trafalgar en 1805 hasta el golpe de estado del general Pavía en 1874 y el gobierno de Cánovas del Castillo, a la vez que varias historias novelescas protagonizadas por los personajes de ficción que participan como actores en los acontecimientos históricos. Cuando sus protagonistas no pueden ser testigos directos de la historia, apela el autor a recursos varios a veces muy forzados, o a procedimientos indirectos como narraciones de testigos.

En la primera serie Galdós se sirve de Gabriel Araceli. Es éste protagonista y narrador en primera persona y personaje cercano en muchos aspectos a aquellos héroes de las novelas folletinescas que, tras superar una serie de difíciles pruebas, triunfan. La parte argumental que a él se refiere deambula por estimulantes pero anodinas tramas, sin profundizar ni documentar. El argumento se convierte así en un análisis del gran tema de la ascensión de la burguesía al poder. En el marco histórico, el autor selecciona acontecimientos señalados y se sirve de los testigos de los hechos para recrear ambientes, rememorar batallas y encuadrar las intrigas políticas para construir una serie activa, de guerras, de heroicidades, de voluntad y de optimismo. Galdós no parece tener los planes claros desde los primeros títulos, pero le va dando coherencia en el segundo y tercer episodios y convirtiendo su obra en otra mayor en la que la acción guarda una emocionante continuidad.


Es en esta primera serie de las cinco que componen los Episodios, más concretamente en el capítulo 5 de la novela "Bailen", donde el protagonista narra su paso por nuestro municipio:

"....Más allá de Noblejas y Villarrubia de Santiago, y cuando después de una larga jornada sesteábamos, apartados del camino, junto a la ermita del Santo Niño, se nos agregó un mozo que nos dijo llevaba el mismo camino que nosotros, y que desde entonces fue nuestro inseparable compañero."







Música: "Fortunata y Jacinta" - Antón García Abril


Actividad y Gestión Municipal en los años 50 y 60


Como obras más importantes realizadas en los años 50 y 60 del siglo pasado, destacan:

CASA CUARTEL DE LA GUARDIA CIVIL.— Donación al Estado del solar en que éste fue construido, con la aportación en metálico además de 115.000 pesetas.


BASCULA MUNICIPAL Y HABITACIÓN PARA LA MISMA.—Fueron invertidas para su instalación. 120.000 pesetas.


CEMENTERIO MUNICIPAL. — Construcción del Mausoleo de los Mártires y pavimentación de las calles del mismo, con una inversión de 70.000 pesetas.

ALUMBRADO PUBLICO.— Instalación de puntos de luz fluorescente en la calle de José Antonio y Plazas del Generalísimo y de los Mártires: puntos de luz corriente en zonas de reciente edificación, por un valor de 95.000 ptas.

HOSPITAL MUNICIPAL.— Reforma de la Sala de Enfermos dotándola de moderno mobiliario e instalación de una clínica a base de material moderno y adquisición de un aparato transfusor de sangre.
Reconstrucción por completo de la Capilla del Santísimo Cristo de la Salud, cuya Imagen en talla de madera es obra del escultor D. Joaquín Larrañaga. con una inversión de 60.000 ptas.


FUENTE DEL POZUELO.— Construcción de un depósito y obras de saneamiento por importe de 50.000 pesetas, procedentes de la subvención concedida por la Diputación Provincial.

Depósito

DEPOSITO DE AGUA DEL CASTELLAR.— Por iniciativa de la Corporación Municipal se construye un gran depósito de agua, cuyas obras fueron satisfechas, casi en su totalidad, por las Minas del Castellar. El Ayuntamiento intenta durante varios años la repoblación forestal de aquellos parajes, llegando a colocar en un solo año 8.500 pinos y buena cantidad de árboles que, debido a la mala composición de las tierras y a las heladas surgidas, se perdieron en gran proporción.

SOLARES.— Adquisición de un solar en la carretera de la Estación para ensanche del Grupo Escolar por un valor de 10.000 ptas. y de otro en la Glorieta del Hospital por valor de 3.600 ptas.

VIAS PUBLICAS.—Ensanche de la calle de Jesús y María teniendo que derribar y construir un muro en edificio de propiedad particular, cuyos gastos ascienden a 15.000 pesetas. Pavimentación, con riego asfáltico, de la Plaza del Generalísimo, Calle del Dos de Mayo, Santiago, Serrano. General Mola, Héroes del Alcázar, Prim, Amargura, Pasión. Capitán de la Lastra, Comuneros, Nuestra Señora de los Dolores. San Antonio, General Primo de Rivera, Daoiz y Velarde, García Morato y terminación de la de General Mola.
A base de pavimento de piedra se acondicionaron las de Avenida del Hospital y empedradas con adoquín de granito parte de las de General Mola y Prim, construyéndose amplios vadillos del mismo material en el final de las calles Prim y Héroes del Alcázar en su confluencia con las de sus inmediaciones.
Fueron invertidas 900.000 ptas, aportándose por el vecindario el importe correspondiente a la mitad del coste de la pavimentación con riego asfáltico, exclusivamente.
Reparación, con riego asfáltico, de la carretera de Chinchón a Madridejos, estando en vías de una pronta ejecución la de Ocaña a Tarancón.

IGLESIA PARROQUIAL — Fueron satisfechas aportaciones con destino a la construcción del nuevo Retablo Mayor, instalación eléctrica, adquisición de una campana, piso, Carroza de La Santísima Virgen y otras atenciones.

Retablo de la Iglesia. La verja de hierro.

NUEVO ABASTECIMIENTO DE AGUAS.— Las obras realizadas en este sentido consisten en la construcción de un pozo, galerías y bajada al mismo, por importe de 80.000 ptas.

SOLICITADA a la Beneficiencia Provincial de Madrid, la venta de una PARCELA DE TERRENO, en las inmediaciones de la población, para la construcción urgente de instalaciones deportivas y con ideas de en el futuro construir viviendas de bajo coste o incluso una piscina púbica o plaza de toros.

La HERMANDAD DE LABRADORES culmina la construcción, sin ayuda alguna, de un magnífico ALMACÉN no sólo capaz para resolver las necesidades de nuestro pueblo, sino de algunos de los limítrofes.

Las MINAS que llevan el nombre de Nuestra Patrona, merecen especial mención, pues a ellas se debe la eficaz solución del problema del PARO, susbsistente en la época de su instalación.

Surgen nuevos CENTROS RECREATIVOS y de distracción como Salas de espectáculos, bares, etcétera y la atrevida reforma de su único Casino donde 700 socios de la más variada condición social conviven en sus ratos de ocio, como horas antes lo hacen en el trabajo.

Cruz de los Caídos

Iniciados los años 60, existían varias aspiraciones a desarrollar:

MUNICIPALIZACIÓN de la Hidráulica de Villarrubia,S.A. y proseguir con los trabajos ya iniciados, de elevación y traída de las nuevas aguas.

ADQUISICIÓN de la casa situada en la calle de José Antonio, nº 9, para la construcción de un Mercado con sus modernas instalaciones tanto sanitarias como con sus servicios frigoríficos.

INSTALACIÓN del servicio de suministro de agua en el Cementerio Municipal.

CONSTRUCCIÓN de dos escuelas y dos viviendas para los señores Maestros, con la ayuda del Estado.

Otra aspiración la constituye la CONSTRUCCIÓN de una Nueva Casa Consistorial que además de embellecer la Plaza Mayor y que serviría para centralizar, en su planta baja, todos los servicios, tales como Correos, Grupos Sindicales, Vigilancia Nocturna, Evacuatorios públicos, etc.


Posteriormente, ya en los años 60, se alcanzan algunas de esas aspiraciones e incluso otras nuevas.

Puesta en funcionamiento del nuevo Servicio de Abastecimiento de Aguas procedente de la Fuente «El Soltadero». Para cuyo fin fue otorgada por la Diputación Provincial, con cargo al fondo de Cooperación Provincial, una subvención de 191.108 pesetas.

Abastecimiento de Aguas -El Sotadero


Aprobación por el Ministerio de la Gobernación el Plan Especial de Saneamiento para la Provincia de Toledo, el que, con referencia a Villarrubia, comprende las siguientes inversiones:
3.600.000 pesetas con destino al Servicio de Abastecimiento de Aguas (Red de distribución)
5.400.000 pesetas con destino a la instalación de alcantarillado.

Fuente pública junto a la báscula.


NUEVA CASA CONSISTORIAL
Por la Diputación Provincial de Toledo, y con cargo al Plan Bienal de Cooperación 1966-67, fue aprobado el proyecto de construcción de una nueva Casa Consistorial para nuestro Municipio, a cuyo efecto fue concedida una subvención, no reintegrable, de 750.000 pesetas.
Las obras harían desaparecer el viejo caserón del edificio del Ayuntamiento.


Fuente: Libros de Fiestas 1961-1964
Música: "Oh Carol" - Paul Anka - 1959












Plaza Mayor

 

Plaza de planta rectangular con la mayoría de los edificios de tres plantas y correspondiendo a dos tipologías diferentes, una de carácter popular, con galerías porticadas de madera ligeramente vola­das en el tercer piso, balcones sencillos y bajos adaptados para el comercio, y el otro tipo compuesto por casonas de dos plantas y buhardillas de mampostería o piedra vista.

Fachada Este

Casería Popular en el lado Sur

Se mantienen mejoradas varias casas primitivas de dos plantas, a las que se añadió otra superior dotándola de galería con pórticos de madera enrasados con la fachada. Es una característica que perdura en los edificios modernos construidos con distintas fábricas.

La rectangular Plaza Mayor presenta la modalidad de levantarse en la esquina de uno de sus lados menores el edificio del Consistorio, cuyas dos plantas enrasadas remata el cuerpo del reloj con su campanil. 

Casa Consistorial

Como casi todas las plazas de la comarca, es una plaza amplia y con el suelo a un mismo nivel, ocupando una encrucijada de siete calles.


Es de mi intención destacar la casona del lado Oeste, "la Casa de los Lara", fachada labrada en piedra, para cuyo edificio tengo pensado un capítulo propio.

Caserío en el lado Oeste

No hace falta recurrir a los recuerdos de nuestros más mayores, ya que aún yo retengo vagos recuerdos de la plaza vacía, con la farola en el centro. Explanada que además de lugar de encuentro o mercado, era emplazamiento de circo, plaza de toros, atracciones de fiestas, actuaciones y un sin fin de utilidades más o menos de nuestro agrado.
La plaza se encontraba dividida por la carretera, pasando pues todo tipo de vehículos, como los autobuses que usaban la plaza como parada e incluyendo los camiones que durante muchos años y en gran número pasaban después de cargar en nuestras minas.

Plaza 1930

Procesión dela Virgen 1930

Antigua plaza de toros en la plaza 1942

Entrada de reses 1946

Camión de la mina junto a la farola 1955

Con el paso de los años, a la original plaza manchega, se la han ido añadiendo y modificando complementos:la fuente, el templete o kiosko de la música, bancos de piedra, árboles, tapando el original suelo de tierra por baldosas y restando otras como el peligroso paso de la carretera por un lugar de reunión y juegos.

Fachada del Ayuntamiento en la actualidad

Plaza en celebración 2016

Plaza en celebración 2016 -2

Vista Sur

Casa Lara