El poder en la Orden se desmembró y descentralizó en diferentes grupos que permitieron un desarrollo institucional no exento de conflictos por el constante debate entre la rama militar y la eclesial en el seno de la Orden.
1.-ORGANIZACIÓN INTERNA, SUS MIEMBROS Y SUS VÍNCULOS
El maestre
En él reside la soberanía última de la institución. El maestrazgo de la Orden de Santiago no sólo supone un peso específico dentro de la institución sino en el contexto de las relaciones de poder de los siglos centrales de la Edad Media en base a su poder militar y económico.
Un famoso ejemplo es Pelay Pérez Correa, que comienza su carrera en Portugal, para ser comendador mayor de la Orden de Santiago en Uclés, después ocupó la encomienda mayor de Castilla y finalmente es elegido maestre en 1242.
Pelayo Pérez Correa (Plaza Mayor de Salamanca)
Prioratos y Encomiendas mayores
Como segundo escalón de la pirámide se encuentran a ambas referencias de poder, complejas y con un desarrollo inicial por reinos, para luego adaptarse a lo que se dio en llamar, provincias de la Orden. Existieron de esta forma diversos prioratos, siendo uno de ellos el de Uclés para Castilla.
El priorato únicamente fue un referente de poder eclesiástico con todo lo que eso conlleva, administración de las iglesias, control y cobro de los diezmos, pero sin capacidad jurisdiccional clara, lo que provocó un conflicto permanente con el maestre.
Las encomiendas mayores, centraron su poder en su capacidad jurisdiccional. Esta importancia interna se tradujo en que la encomienda mayor se convirtió en un paso esencial en el cursus honorum, para alcanzar el maestrazgo.
Conventual de la Orden de Santiago en Ucles (Cuenca)
Los Trece
Son los encargados de elegir al maestre y sus facultades son consultivas.
En la bula de confirmación de la Orden, expedida por el Papa Alejandro III en 1175, se estableció que hubiese trece freires, a cuyo cargo estaría la elección del Maestre y el ayudarle con su consejo. Algunos historiadores afirman que el significado de estos trece se corresponde con el número de los primeros caballeros que se reunieron para fundar la Orden, mientras otros señalan que representa el número simbólico de los Doce Apóstoles más Cristo.
El Capítulo General
Pese a que se ha cuestionado su eficacia como organismo de control, se ha destacado su importancia como foros donde se concretan políticas de cultivo y productivas, políticas financieras y de compra y cesión de patrimonios.
El siguiente escalón en la estructura lo componen las encomiendas. En zonas como el Tajo y Montiel la Orden prefirió la cesión a particulares de estas propiedades, o bien situó en ellas al precedente de los comendadores: señores o tenentes que por la Orden tenían en diversos lugares concedidos; es el caso de Lope de Varea, señor en Villarrubia y Biedma. Lugares que ellos administraron hasta que se dieron a poblar y se comenzaron a articular pequeños embriones concejiles. Las encomiendas, auténticos núcleos de la estructura territorial de la Orden, fueron centros de producción de rentas.
Además de fidelidad al maestre, también le debían un servicio militar. A cambio de ello disponían con carácter vitalicio de una encomienda que ellos gestionaran con plena libertad.
Los freires
En los últimos escalones de la organización santiaguista, los freires tienen distintas categorías sociales en función de su actividad: aquellos dedicados a una actividad militar y aquellos otros que tiene una función laboral (administrativa, de gestión productiva e incluso artesanal).
Dominios de la Orden de Santiago en el Siglo XV
El maestre es sin duda la institución con más resortes en su poder para ejercer este control:
El comendador del Bastimento
Controlados por los maestres, eran los encargados de asegurar el aprovisionamiento de las encomiendas, impidiendo un eventual desabastecimiento de las mismas, garantizando una acción económica a través del control de excedentes agrarios y por otro lado de rentas, además de convertirse en los administradores de la Orden.
En 1273 quedan perfectamente definidos los dos grandes bastimentos del maestre en Castilla al serles arrendados a sus almojarifes judíos (recaudadores de impuestos);
el primero ocupa una amplia franja que une Guadalajara con el Campo de Montiel y las sierras de Segura, de gran importancia ganadera,
y el segundo lo componen un grupo de encomiendas del Tajo y que se extienden hasta el actual Campo de Criptana. Un documento de 1242, las describe textualmente así:
"E con toda la ribera del Taio e con Vaídazerete e con Villarruvía e con toda la riebera de Oreia e con todo el Corral de dalmaguer e con Ocana e con toda la Mancha"
Otra funciones de los comendadores del Bastimento son otras que tienen que ver con un control productivo y fiscal para controlar impuestos esenciales para la Orden y para el control de núcleos de producción estratégicos. Este control se explícita en el citado documento de 1242, donde se entregan diversas posesiones de la encomienda pero se retienen las aceñas de Villafandin (hoy despoblado) que pertenecen a los clérigos del bastimento y también el diezmo de Villarrubia de Santiago, que también pertenece al bastimento.
Por tanto, el comendador del bastimento fue el precedente de los almojarifes judíos, gestionando y cobrando rentas privativas del maestre e incluso el cobro de los impuestos con que se gravaba a las minorías, como alfardas (contribución que pagaban los moros y judíos en los reinos cristianos por el aprovechamiento de las aguas).
Igualmente el comendador del Bastimento representó los intereses del maestre en el control sobre las iglesias. Como veíamos en Villarrubia de Santiago y como se desprende del encargo que hace el maestre en 1304, a todos los comendadores y en especial al comendador del bastimento, encargado según este documento de recaudar los derechos e impuestos de fidelidad al maestre y en especial los diezmos.
Los comendadores del Bastimento también serían los encargados del control de al menos dos cilleros, uno está situado en Uclés, a él se alude en un documento sobre unas azudas en Aranjuez, en la ribera del Tajo, y aparece entre los miembros de la Orden, P. Peláez, cellero, posiblemente encargado del control de este almacenaje en la zona del Tajo.
El comendador de las vacas y yeguas
Resalta la importancia que la Orden dio a la ganadería, esta figura interna representa una gestión centralizada de los ganados de la Orden.
Los visitadores
Sus competencias se centran en el cobro y control de los diezmos a partir de un censo que existe a partir de 1310.
El comendador de la frontera
Mecanismos de control relacionado con la actividad militar, sin duda vinculado a la actividad bélica en la frontera, sabemos que existió en la zona del Tajo.
Esta figura defiende los intereses del rey, ya en el siglo XIV, algún miembro de la Orden ocupó este cargo. Es el caso de Vasco Rodríguez de Coronado, comendador de Oreja y Trece, que fue elegido para este cargo en 1324.
Los mayordomos
Serían oficiales que guardaron los fondos del maestre y, sin duda, los que gastaban los mencionados fondos bajo su dirección.
Por último debemos valorar el poder de los comendadores, cuyo gran potencial se concretó en su capacidad de gestión económica. Estamos ante los grandes artífices del éxito productivo y social de las Ordenes Militares durante la Edad Media. La red comendataria es uno de los grandes triunfos productivos del siglo XIII. Con una gestión controlada de la producción y con un equilibrio inestable entre el poder de la Orden que ellos representan y el avance del poder concejil, que las propias encomiendas estimulan para una mejor organización social.
El Capítulo de 1310 marca un nuevo rumbo que no terminará de consolidarse debido a la intervención progresiva de la monarquía. En estos años finales se produce una reorganización señorial de los señoríos santiaguistas que incluyen propiedades del Temple y que manifiestan una profunda feudalización.
Fuente: El maestre Pérez Correa en 1242 y otros resúmenes - Francisco Suárez Salguero
Música: Saltarello (siglo XIV)
Resalta la importancia que la Orden dio a la ganadería, esta figura interna representa una gestión centralizada de los ganados de la Orden.
Los visitadores
Sus competencias se centran en el cobro y control de los diezmos a partir de un censo que existe a partir de 1310.
Castillo de Oreja
El comendador de la frontera
Mecanismos de control relacionado con la actividad militar, sin duda vinculado a la actividad bélica en la frontera, sabemos que existió en la zona del Tajo.
Esta figura defiende los intereses del rey, ya en el siglo XIV, algún miembro de la Orden ocupó este cargo. Es el caso de Vasco Rodríguez de Coronado, comendador de Oreja y Trece, que fue elegido para este cargo en 1324.
Los mayordomos
Serían oficiales que guardaron los fondos del maestre y, sin duda, los que gastaban los mencionados fondos bajo su dirección.
Por último debemos valorar el poder de los comendadores, cuyo gran potencial se concretó en su capacidad de gestión económica. Estamos ante los grandes artífices del éxito productivo y social de las Ordenes Militares durante la Edad Media. La red comendataria es uno de los grandes triunfos productivos del siglo XIII. Con una gestión controlada de la producción y con un equilibrio inestable entre el poder de la Orden que ellos representan y el avance del poder concejil, que las propias encomiendas estimulan para una mejor organización social.
El Capítulo de 1310 marca un nuevo rumbo que no terminará de consolidarse debido a la intervención progresiva de la monarquía. En estos años finales se produce una reorganización señorial de los señoríos santiaguistas que incluyen propiedades del Temple y que manifiestan una profunda feudalización.
Fuente: El maestre Pérez Correa en 1242 y otros resúmenes - Francisco Suárez Salguero
Música: Saltarello (siglo XIV)
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