Aproximadamente en el año 1968, un grupo de villarrubieros comenzó a elaborar carrozas. En ese momento para nada pensaban ni imaginaban lo que en esos momentos acababan de comenzar, lo que en el tiempo se convertiría en una de las mejores tradiciones de Villarrubia. Tradición que nos ha dado fama en toda la comarca y han hecho del día 5 de septiembre un día grande en nuestras fiestas.
Grupos de amigos, familias de damas y reinas de las fiestas, dan forma a un continuo y exigente esfuerzo durante todo el verano y que en algunas ocasiones se prolonga dando los últimos retoques el mismo día de la fiesta.
Imaginación, colorido, originalidad y un punto de reivindicación centran cada año el desfile de carrozas. Acompañadas por cornetas y tambores, gigantes y cabezudos y como no, por las comparsas que con el paso del tiempo, han tomado una creciente vistosidad y valoración, buscando un mayor protagonismo gracias al creciente número de integrantes, a sus trajes confeccionados cada año para la ocasión y sus bailes ensayados durante el verano.
Carrozas que cada año difieren en número y temática, pero con un único objetivo: divertirse. De este modo, el numeroso público que espera el paso del desfile puede disfrutar o bailar al son de la música.
1968 - El Castellar y la Mina
1968 - El mundo al revés
1969 - La vendimia
1973 - El platillo volante
1973 - Las olimpiadas
1973 - Neptuno y sus sirenas
1975 - Apolo y sus musas
1976 - Jesucristo Superstar
1977 - El patio moro
1977 - Muñeco de nieve
1978 - El ovni
1978 - La abeja Maya
1978 - La cocina
1979 - El circo
1979 - El coche
1979 - La orquesta animal
1988 - Roma
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