Historia de las aguas mineromedicinales en España
Páginas 133-134
"En las primeras décadas del siglo XX existen ciertas dudas sobre las virtudes curativas del agua por lo que algunos consideran el uso de las aguas medicinales casi un anacronismo frente al enorme progreso de los demás medios terapéuticos, mientras que otros recomiendan su estudio para arrancarle sus secretos y combatir el escepticismo sobre sus propiedades curativas. Asi, en 1923 se publica el «Codex terapéutico de las aguas minerales y radiactivas españolas» en donde se reitera la importancia del estudio químico de las aguas para explicar sus acciones y propiedades terapéuticas (Lozano, 1923). Entre los fervientes defensores de las propiedades terapéuticas de las aguas minerales se encuentra Santiago Ramón y Cajal que declara a un periódico gallego: «gracias a las virtudes del manantial de Cabreiroa he recobrado la salud seriamente comprometida por los efectos debilitantes de un catarro intestinal crónico y por la amenaza de cólicos hepáticos» (Rodríguez, 1995). Además, intervino en el estudio de las aguas «La Perla del Castellar» en Villarrubia de Santiago (Toledo) que por su composición de sulfato sódico las recomienda como purgantes y para el escrofulismo, herpetismo y otras indicaciones (Ramón y Cajal, 1907)."
Observatorio Medioamiental
2004, num.7 117-137
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