Portada del "Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España
y sus posesiones de Ultramar", de Pascual Madoz.
También conocido como «el Madoz», es una obra a la que según su propio autor, se dedicaron 15 años, 11 meses y 7 días de trabajos literarios. Para esta tarea requirió la ayuda de veinte corresponsales y más de mil colaboradores.
Pascual Madoz
Dibujo a plumilla de La Ilustración española americana.
Publicada en Madrid entre 1845 y 1850, esta obra es una muy importante referencia para las consultas de geógrafos, historiadores, arqueólogos e investigadores varios. Entre otros datos, contiene interesante información sobre ruinas, restos y posibles yacimientos arqueológicos, con la descripción que en esos tiempos se hizo de todo lo que había.
Concretamente he tenido la suerte de localizar la edición escaneada y disponible en formato digital de la universidad de Stanford (EEUU).
Es en el tomo XVI (1850). Via-Zuzones, donde podemos encontrar la referencia a nuestro Villarrubia de Santiago, cuyo texto transcribo a continuación.
VILLARRUBIA DE SANTIAGO
Villa con ayuntamiento en la provincia y diócesis de Toledo (40 leguas), partido judicial de Ocaña, audiencia territorial de Madrid, capitanía general de Castilla la Nueva, situada en un plano muy elevado, que se extiende al sur; es de clima templado, reinan los vientos noroeste y oeste, y no se padecen enfermedades endémicas;
tiene 296 casas en malísimas calles; casa de ayuntamiento; cárcel; pósito, un hospital con una capilla; un colegio fundado por D. Francisco Pérez, natural de esta villa, cura que fue de Sta. Justa en Toledo, para la enseñanza de las lenguas castellana y latina; escuela dotada con 3.000 reales, de los fondos públicos, a la que asisten 60 niños; otra de niñas, con 4.000 reales, en la que se educan 30;
iglesia parroquial (San Bartolomé) con curato de primer ascenso y de presentación del tribunal de las órdenes, y un oratorio de propiedad particular.
Se surte de aguas potables en 5 fuentes de las inmediaciones, 3 de agua dulce con sus lavaderos, 2 salobre y además 3 pozos.
Confina el término por norte con el de Colmenar de Oreja (Madrid); este, Sta.Cruz de la Zarza; sur, Villatobas; oeste, Noblejas, extendiéndose de 4 leguas a 4,5 leguas, y comprende los despoblados de Biezma, Villoria y Laserna;
el santuario de Ntra. Sra. del Castellar, a 3/4 leguas al sur del Tajo, sobre un cerro, que domina una vega muy fértil, en donde se celebra su festividad con romería el 8 de septiembre; a su inmediación una salina cerrada hace bastantes años, a pesar de las reclamaciones de los ganaderos; algunas alamedas, y mucho plantío de viñas y olivos.
La baña el río tajo, que forma su límite norte, con una barca perteneciente a la encomienda de Biezma.
El terreno es por partes escabroso, alternando con llanos, particularmente al sur; todo de naturaleza caliza, abundante en yeso especular, en sulfato de magnesia, de hierro y de potasa y con mucho esparto, del que se hace poco uso;
los caminos vecinales; el correo se recibe en Ocaña por balijero tres veces a la semana.
Productos: trigo, cebada, avena, frutas, hortalizas, anís, aceite y excelente vino; se mantiene ganado lanar, cabrío, yeguar y mular de labor, y se cría caza menuda.
Población: 500 vecinos, 1.946 almas
Capital productivo: 3.326,599 reales
Imponible: 87.384 reales
Contribución: 57.051 reales, 21 maravedíes
Presupuesto municipal: 30.541 reales, del que se pagan 4.000 al secretario, y se cubre con 26.361 por ingreso de propios, y el resto por repartimiento vecinal.
Música: Pavana - Capricho (Albéniz) - Por: Leonardo Alenza (1807-1845)
VILLARRUBIA DE SANTIAGO
Villa con ayuntamiento en la provincia y diócesis de Toledo (40 leguas), partido judicial de Ocaña, audiencia territorial de Madrid, capitanía general de Castilla la Nueva, situada en un plano muy elevado, que se extiende al sur; es de clima templado, reinan los vientos noroeste y oeste, y no se padecen enfermedades endémicas;
tiene 296 casas en malísimas calles; casa de ayuntamiento; cárcel; pósito, un hospital con una capilla; un colegio fundado por D. Francisco Pérez, natural de esta villa, cura que fue de Sta. Justa en Toledo, para la enseñanza de las lenguas castellana y latina; escuela dotada con 3.000 reales, de los fondos públicos, a la que asisten 60 niños; otra de niñas, con 4.000 reales, en la que se educan 30;
iglesia parroquial (San Bartolomé) con curato de primer ascenso y de presentación del tribunal de las órdenes, y un oratorio de propiedad particular.
Se surte de aguas potables en 5 fuentes de las inmediaciones, 3 de agua dulce con sus lavaderos, 2 salobre y además 3 pozos.
Confina el término por norte con el de Colmenar de Oreja (Madrid); este, Sta.Cruz de la Zarza; sur, Villatobas; oeste, Noblejas, extendiéndose de 4 leguas a 4,5 leguas, y comprende los despoblados de Biezma, Villoria y Laserna;
el santuario de Ntra. Sra. del Castellar, a 3/4 leguas al sur del Tajo, sobre un cerro, que domina una vega muy fértil, en donde se celebra su festividad con romería el 8 de septiembre; a su inmediación una salina cerrada hace bastantes años, a pesar de las reclamaciones de los ganaderos; algunas alamedas, y mucho plantío de viñas y olivos.
La baña el río tajo, que forma su límite norte, con una barca perteneciente a la encomienda de Biezma.
El terreno es por partes escabroso, alternando con llanos, particularmente al sur; todo de naturaleza caliza, abundante en yeso especular, en sulfato de magnesia, de hierro y de potasa y con mucho esparto, del que se hace poco uso;
los caminos vecinales; el correo se recibe en Ocaña por balijero tres veces a la semana.
Productos: trigo, cebada, avena, frutas, hortalizas, anís, aceite y excelente vino; se mantiene ganado lanar, cabrío, yeguar y mular de labor, y se cría caza menuda.
Población: 500 vecinos, 1.946 almas
Capital productivo: 3.326,599 reales
Imponible: 87.384 reales
Contribución: 57.051 reales, 21 maravedíes
Presupuesto municipal: 30.541 reales, del que se pagan 4.000 al secretario, y se cubre con 26.361 por ingreso de propios, y el resto por repartimiento vecinal.
Música: Pavana - Capricho (Albéniz) - Por: Leonardo Alenza (1807-1845)