".....Hay en esta villa y junto a ella tres ermitas de la Concepción de Nuestra Señora, de San Pedro y San Sebastián, y demás de estas en el término de Biedma, una legua de esta villa esta otra ermita que se llama Nuestra Señora del Castellar muy antigua, la cual es muy frecuentada de toda la comarca, por ser de mucha devoción y estar en un sitio extraño en una peña, ribera el dicho Tajo hasta esta villa, llamase del Castellar a lo que se cree, por haber vestigio en ella de algún castillo...."
RELACIONES DE LOS PUEBLOS DE ESPAÑA HECHAS POR INICIATIVA DE FELIPE II
T. II fol 78-81
Resúmenes basados en la versión de D.Alfonso Navacerrada (1941) sobre la aparición y milagros de la Virgen de Castellar.
Histórica y Gloriosa Aparición de la Virgen del Castellar, a un inocente pastorcillo en lo alto de la montaña en la orilla del Río Tajo.
Cuenta la tradición que un pastorcillo cuidando de sus ovejas, las llevaba a pastar a la ribera del río Tajo. Todas las mañanas, muy temprano, tenía por costumbre dirigirse al mismo lugar, en el valle, en la cercanía de un risco.
Al pastorcillo, cada vez que veía esas atochas de esparto, le entraban ganas de subir a cogerlas. Pero, cómo la haría: era peligroso, no había sendero ni nada para asirse. Si subiendo resbalaba, sin duda caería al río.
Él era consciente que si no recogía esas atochas, podría venir otro más valiente a cortarlas. Otra cuestión era dónde dejar solas a las ovejas. Pensó en reunirías todas bajo los árboles para que pastaran sobre sus sombras y de ese modo él subiría tranquilo.
En esos momentos aparecen tres labradores, que con sus mulas, cruzan el vado del río.
Nuestro pastorcillo ve a aquellos hombres y les saluda. Entablando conversación el pastorcillo les hace saber el deseo de subir al risco y recoger el esparto, pero que para ello, necesitaría que ellos se hicieran con el cuidado de las ovejas. Aconsejándole que desista de la idea, por lo peligroso de la empresa, parten del lugar.
Lejos de desistir de su afán, desoyendo el consejo de los mayores, ayudado del garrote y una soga, el muchacho emprende el camino hacia la cima. Llegado a la cumbre, ve la belleza del lugar, lo alto que ha subido y le entra miedo. Es consciente que debe de emprender la bajada, apesadumbrado mira hacia abajo y observa que por el camino que ha subido ha quedado trazada una estrecha senda e hincándose de rodillas, da Gracias a Dios. Entre las atochas de esparto más largo, ve un resplandor muy grande, y asustado, se echa para atrás: "¡Señor! ¿Pero qué resplandor es este?. ¿Pero qué luz y que figura es esa? ¡Si parece que en el sol hay una mariposa! (La Virgen del Castellar, "La Mariposa" arrastra desde entonces este apodo familiar)
Provisto de su garrote se decide a acercarse para ver que cosa era aquello. De entre las piedras se escuchan cantos y el pastorcillo ve a la Virgen María.
La Virgen habló al pastorcillo: "Yo soy la Madre de Dios, que vengo a morar a este sitio. Quiero que me hagan aquí un trono fijo, yo seré vuestro amparo y guía y abogada ante mis hijos, y vosotros me rendiréis culto por todos los siglos de los siglos"
Deslumbrado de tanta belleza, aturdido por las palabras de la Virgen María y
con la pena de abandonar el lugar y alejarse de la compañía de la Virgen, emprende el camino hacia la villa firmemente decidido a cumplir con la solicitud.
El Pastorcillo narró al Señor Cura y al Señor Alcalde, detalle a detalle, todo lo ocurrido y el deseo de la Aparición Mariana de la construcción de un templo en ese lugar. Las Autoridades, religiosa y civil, se ponen de acuerdo para que, debido a lo escabroso del terreno y el costo del levantamiento en ese enclave, se venerara y diese culto a la Virgen María en un lugar preferente del templo del pueblo. El pueblo se puso en camino hasta el lugar de la aparición, encontrando en el castillo la talla de la Virgen. Antes de proceder a su traslado hasta la Iglesia Parroquial, fue acordado buscar un nombre para el culto y adoración de esta advocación mariana: "Por estar el sitio éste, tan cerca del Castillo de Tormón, la llamaremos del Castellar, y de aquí en adelante será Nuestra Señora María Santísima del Castellar", y devotamente, en procesión, fue llevada la imagen hasta el templo de la villa.
A la mañana siguiente la talla de la Virgen no se encontraba en el lugar donde había sido depositada. Los villarrubieros, extrañados por su desaparición, anduvieron en su busca llegando hasta el lugar donde fue encontrada. Hallándola allí, el Señor Alcalde de la villa pronunció: "Yo presidente del pueblo, ordeno que entre nosotros podemos formar una comisión y salir a pedir por todo el pueblo limosna que cada vecino quiera dar, y con gran esfuerzo de trabajo allanaremos esta elevada montaña para construir aquí mismo el Santuario que le pondremos de nombre el Castellar de María " y así lo hicieron.
Historia de un segundo milagro hecha con la información de Don Manuel Lanzadera, sobre el hallazgo de la carita de la Virgen del Castellar.
Corrían los años amargos en los que la división de España desencadenó una cruel y sangrienta, para ambos lados, guerra civil. El enfrentamiento de hermanos contra hermanos , de por sí ya antinatura, generó odios y venganzas. La imagen de la Virgen del Castellar , que databa el siglo XI, también se vio envuelta en esos momentos de vorágine que sobrepasaba, con mucho, el adjetivo de tragedia.
"Dentro del segundo año de guerra, en los primeros días del mes de marzo, el Santuario de la Virgen de Castellar fue asaltado, despojando la imagen de la Virgen fue quemada en la puerta de su ermita, quedando éste convertido en una verdadera ruina.
El domingo día 16 de mayo de 1937 unos campesinos trabajaban en una finca muy cerca del Santuario del Castellar y entre las 11 y 12 de la mañana se desencadenó una terrible lluvia de agua temporal que les impidió, a estos campesinos, continuar con sus trabajos de labor. Buscando refugio entre las ruinas del Santuario, el obrero ML.de 42 años y vecino de Villarrubia de Santiago, encontró entre los escombros un papel que se dibujaba un Santo Cristo, al cogerlo, vio que debajo se encontraba la carita de la Virgen del Castellar. La cogió y se la guardó en un bolsillo, sin decir nada a sus compañeros de trabajo. Cuando regresó al pueblo por la noche, se la entregó a su madre, donde la conservaron en una cajita de cartón, muy reservadamente, hasta la terminación de la guerra, que entregaron al Ayuntamiento y todo el pueblo consideró en esto un enorme milagro."
Fue restaurada tal y conforme era, para reinar en el Santuario del Castellar, ofreciendo a todos los villarrubieros, sin ningún tipo de distinción ni rencor, su amparo, intersección y guía.
REPRODUCCIÓN DE UNA PINTURA DE LA PROCESIÓN DE LA ENTRADA EN LA ANTIGÜEDAD
"ACTA EXTRAORDINARIA del 19 de Septiembre de 1885 - Reunidos los individuos de la Junta Directiva bajo la presidencia del Sr. LUCAS ESCOBAR, acordaron.
.— Que en atención a haber desaparecido el cólera y haberse cantado el Te-deum, se celebre la función de LA VIRGEN el día 4 de Octubre y la entrada el día 2, para lo cual se llevará a LA VIRGEN al Humilladero en la madrugada del mismo día."
Te-deum (latín: 'A ti, Dios', primeras palabras del cántico)
La Imagen de la Virgen fue sacada procesionalmente en el año 1.868, en rogativa, implorando la lluvia para el campo.
En 1.920 volvió a trasladarse procesionalmente la imagen de la Virgen desde el Santuario al pueblo, por la misma circunstancia.
Y en ambas ocasiones cesó la sequía y tanto el pueblo como el campo, agotado y seco, se salvaron.
Las Fiestas en honor a nuestra patrona, se celebran desde el 5 de septiembre hasta el 10 del mismo mes.
"No permitan que la indiferencia y la apatía puedan deteriorar este sagrado patrimonio que ha de ser la base para la promoción de la dignidad humana y espiritual de todos los hombres y contribuye sin regateos, cuanto sea menester para que Villarrubia, desterrando toda discordia o diferencias, en un apretado haz de corazones pueda legítimamente proclamar el único y verdadero origen de sus Fiestas: LA VIRGEN DEL CASTELLAR."